Es cierto, en Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998) el estilo es tribal y delirante (lo que va muy bien con el filme de Guy Ritchie), pero en 28 Days Later (2002), Millions (2004) y Sunshine (2007) de Danny Boyle, puede hallarse una sensación más contemplativa y trascendente. Por algo Michael Mann –que tanto gusta de las momentos solemnes– lo eligió para su versión cinematográfica de Miami Vice (2006).
Dicen que los sonidos más básicos de la naturaleza y del cosmos generan en nosotros una perturbadora calma y también una ansiosa paz interior. Puede ser una contradicción, pero ¿acaso no hay nada más acompasado que los latidos del corazón y también nada más imprevisible que aquel cuando los sentimientos nos agobian? Quizás por eso funcione este video.
Las notas pertenecen al conocido Adagio in D Minor de John Murphy y la imagen (junto con la voz en off al final) a la película de ciencia ficción Sunshine de Danny Boyle. Imagen y melodía en acertada combinación. A partir de ambas podemos soñar incontables historias.
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