martes, 27 de agosto de 2013

Ben Affleck vs. Batman

¿La suerte está echada para Batman? ¿Vencerá al final Ben Affleck? 
Hace poco compartimos una lista de candidatos que se anunciaban para interpretar al nuevo Batman: Josh Brolin (No Country for old men, 2007), Matthew Goode (Watchmen, 2009), Ryan Gosling (Drive, 2011), Max Martini (Pacific Rim, 2013), Richard Armitage (The Hobbit, 2012) y Joe Manganiello (True Blood). Todos actores de carácter y capacidad interpretativa (unos más que otros). Pero a la vez, muy lejos de ser megaestrellas o de primera fila. Sin una excesiva carga mediática, pero capaces de interpretar con solidez un personaje. Tal vez el de menos peso en esa lista era Joe Manganiello.

Con el mal recuerdo de Daredevil (2003).
Por eso es curioso que haya sido elegido Ben Affleck, un actor con un registro interpretativo modesto, pero con una carga mediática muy fuerte. Es decir, una opción totalmente diferente al perfil de los nombres que se barajaban. Por supuesto, Warner Bros., DC Comics y Christopher Nolan (Batman, Inception) deben tener sus razones. Hay demasiado dinero de por medio para echar a perder la anunciada Batman vs. Superman (2015) de Zack Snyder.

Si dejamos de lado la reacción de los fans, el impacto mediático ha sido importante. Todos hablan de la próxima cinta y de la supuesta mala elección de Affleck. También se ha dado el nombre de quien interpretará a Lex Luthor: el actor Bryan Cranston (Breaking Bad). Y así seguirán, noticia tras noticia, hasta el estreno de la cinta. A veces se cumple la máxima follow de money (sigue el dinero) para entender ciertas decisiones.

Un actor para cintas de Michael Bay (Armageddon y Pearl Harbor). 
Affleck ya tuvo un paso desastroso en Daredevil (2003), una cinta menor, con poco que ofrecer y con un guion muy malo. ¿El actor de Armageddon (1998) y Pearl Harbor (2001) como superhéroe? Parece que aquella vez sonó lógico para los productores, pero absurdo para todos los fans del personaje. En el caso de Daredevil, podemos culpar al director y guionista de historietas Kevin Smith (Dogma, Clerks), amigo de Affleck y quien lo recomendó para el papel.

Lo cierto es que a pesar de todos sus esfuerzos, Ben Affleck carga con esa imagen de actor ligero, limitado, que se esfuerza y aprieta los dientes para transmitir emoción. Es discurso antes que introspección, diálogo antes que sutiles gestos, acción antes que aplomo, superficie antes que profundidad. Pero su verdadero lastre es que es difícil verlo caracterizando a un personaje. Affleck siempre es más Ben Affleck que el personaje que interpreta. Y con una figura como Batman, la idea es hacer creíble a un superhéroe tan conocido.

Daredevil, George Reeves (Superman) y ahora Batman.
Affleck ha estado presente en buenas cintas: Shakespeare in Love (1998), Dogma (1999), Boiler Room (2000), Changing Lanes (2002), The Sum of All Fears (2002), Hollywoodland (2006), State of Play (2009), The Company Men (2010). Ha sido el director y actor de la interesante The Town (2010) y de la correcta Argo (2012). Pero, simplemente, nadie lo imagina en una película como The Departed (2006) de Martin Scorsese, Invictus (2009) y Hereafter (2010) de Clint Eastwood, Inside Job (2010) de Charles Ferguson, The Informant! (2009) y Contagion (2011) de Steven Soderbergh, Promised Land (2012) de Gus Van Sant, Green Zone (2010) de Paul Greengrass, o la saga de Bourne (2007). Todas cintas en que ha participado su compinche Matt Damon, con quien actuó y escribió el guion de Good Will Hunting (1997). Damon ha logrado un mayor reconocimiento sin necesariamente ser un extraordinario actor, pero sí es capaz de caracterizar a un personaje.

Argo y un parco Ben Affleck.
Haga lo que haga, Affleck será recordado (no necesariamente para bien) por Gigli con Jennifer López (2003), Forces of Nature (1999) con Sandra Bullock, Paycheck (2003) con Uma Thurman, Jersey Girl (2004) con Liv Tyler y por supuesto Armageddon (1998) y Pearl Harbor (2001). ¿Y por qué le fue bien en Argo? Porque es una cinta correcta (Argo: de lo mejor en la cartelera), porque su personaje se muestra contenido, entre silencios y diálogos tensos, consciente de su deber y las dificultades que enfrenta. Es más, para interpretar a su personaje, Affleck se dejó crecer la barba. Es seguro que sin aquel detalle hubiese sido difícil verlo como el atribulado agente de la CIA que interpretaba. 

Y tal vez esa interpretación, ese registro, es el que buscarán replicar cuando dé vida a Batman. La pregunta es si Zack Snyder (Watchmen, Man of steel) le pondrá alguna prótesis en el rostro o lo ocultará tras la máscara de Batman todo el tiempo. ¿Se imaginan Watchmen (2009) con Ben Affleck como Dr. Manhattan, Comedian, Ozymandias o Nite Owl?

Fama y premios como director, pero no como actor.
Sería muy interesante saber por qué lo eligieron más allá de que DC Comics señale que “tiene el perfil que estaban buscando”. Conocer las razones de Warner Bros., DC Comics y Christopher Nolan sería como descubrir el truco detrás de un gran acto de magia. Es probable que Affleck no lo haga tan mal como muchos temen, siempre que la historia sea buena, esté bien contada y tenga la espectacularidad de Man of steel (2013). Por lo menos, han logrado que todos hablemos del tema. Y esa es la clave: follow de money. 


martes, 20 de agosto de 2013

Cementerio General: el terror como negocio

Una apuesta nacional por el género de terror y el cine comercial. 
Es imposible negar que Cementerio General (2013) de Dorian Fernández es una de las películas más taquilleras del año. Es la segunda cinta peruana más vista en el país y de lejos la cinta de terror que más espectadores ha reunido en nuestras salas locales, por encima de fenómenos como Actividad Paranormal.

Pero ¿qué nos pareció? La cinta replica, a su estilo, los usos y artificios del género de terror (para ser exactos el de los últimos años), vistos en películas de mejor factura e historia, aunque también en un buen número de cintas de regular trama y repetitivas, pero que tienen la ventaja de mostrar mayor oficio, técnica y recursos. Sin embargo, el toque local le brinda un atractivo que le permite generar empatía e incluso condescendencia (sobre todo entre el público joven) con una trama irregular.

Cementerio General apunta al espectador joven tanto por la historia como por el elenco elegido. Lo que no está mal. La secuencia inicial llega a generar expectativa, pero las actuaciones poco naturales del elenco y un guion bastante simple restan desde el inicio fuerza e intensidad al relato. Y ese es el punto más bajo del largometraje. No estamos frente a personajes, sino a personas que actúan, a ese tipo de interpretación habitual en las teleseries locales (también de muy baja calidad) e incluso a la de aficionados o aprendices. Por supuesto, hay escenas (en la secuencia nocturna en el cementerio) en que la acción termina por imponerse y algunas partes logran ser creíbles.

Lo mejor es la secuencia nocturna con cámara en mano.
Es cuando se desencadenan los sucesos terroríficos que la cinta alcanza sus mejores momentos con el estilo de cámara en mano, claramente basado en El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999). Sin embargo, los gags y bromas (efectivos al inicio) se vuelven innecesarios en el cementerio y quiebran los momentos de tensión (la escena del adicto que se levanta de la tumba era más que suficiente). 

Mientras corren y gritan los personajes, o se muestran las imágenes desde el filtro de la cámara en mano, se logra en parte el efecto deseado; pero cuando se debe interactuar o se da paso a los diálogos, las escenas flaquean. Tal como está planteada, la secuencia del cementerio se extiende demasiado, pues a diferencia de El proyecto de la bruja de Blair, aquí no hay un largo recorrido que permita dosificar la tensión ni extender el suspenso por varios minutos hasta el clímax de terror.

La cinta replica estilos ya vistos en películas similares.
El giro de la historia en la parte final se extiende en repetir escenas de terror vistas en otras cintas. Lo peor es que la figura fantasmal luce falsa y la última escena, aunque efectista, no logra mejorar ese detalle. Desde nuestro humilde punto de vista, en las películas de género no basta con replicar estilos, sino hacerlo con criterio y si es posible con originalidad.

Dicho todo lo anterior, Cementerio General acierta en el uso de la cámara en mano, en los sonidos y los fondos sonoros y ambientales, en respetar el género. Los créditos finales con las imágenes al estilo cómic llaman la atención y bien podrían ser un producto comercial adicional para una cinta que ha sabido promocionarse. Una cinta que demuestra que el cine comercial es posible en la industria local y que es tan válido y respetable como el cine de autor. 

Tal vez el mayor mérito es haber sabido atraer a su público (joven en su gran mayoría) y tratar de coincidir con los gustos de este. Pero aunque muy dispuesto a divertirse sin mayores exigencias, también este público sabe reconocer lo que le ofrecen. “Para ser peruana está bien”, me comentó una muy joven cinéfila. Y esa medianía, esa adecuación resignada de las expectativas que asume el espectador ante el cine local, esa sensación de un resultado en su conjunto solo regular en el mejor de los casos, es tal vez la deuda más grande del cine nacional (ya sea el cine de autor o el cine comercial).