sábado, 30 de noviembre de 2013

Segundo aniversario

Nuestro primer post fue publicado un 30 de noviembre del 2011, ese fue el inicio de este blog. Han pasado dos años y seguimos aquí, y lo más importante, seguiremos aquí.

En este tercer año seguiremos compartiendo con nuestros lectores aquello que sigue gustándonos tanto y siempre seguirá gustándonos: la música, el cine, la literatura, los cómics y algo de televisión. Esperamos contar con ustedes en este tercer año que aquí se inicia.

Fatman y yo les damos las gracias por estar con nosotros en todo este tiempo.

Compartimos con ustedes un saludo que nos hicieron llegar nuestros amigos los minions (quienes se han quejado porque no hemos comentado sus películas)

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Thor: The Dark World, solo efectos especiales

La cinta mejora en acción, pero no tiene la emotividad de la primera. 
Thor: The Dark World (2013) es una cinta que desde el inicio luce agotada. Y con eso no queremos decir que no cumpla con entretener a los espectadores. Que es, al fin y al cabo, lo que podemos esperar de una cinta de superhéroes. 

Sin embargo, nos hubiese gustado ver algo más que una película que se sostiene solo por algunas secuencias de acción. Y es que hay una chatura en el desarrollo de la historia, una falta de ambición y de vuelo imaginativo que ni los efectos especiales, ni algunos giros dramáticos, ni el regreso de Loki (Tom Hiddleston) y el resto de protagonistas de la primera cinta, pueden compensar.

Las naves enemigas son dignas de un cinematic de Star Wars.
La historia gira en torno a Malekith (Christopher Eccleston), el líder de los Elfos Oscuros y enemigo de los asgardianos (el pueblo de Thor), que despierta de su sueño, en busca de un arma poderosa que le permitirá destruir el universo cuando se dé una milenaria alineación espacial. ¿Les parece una idea ya conocida? Pero más allá del argumento, el problema es que no hay mayor fuerza en los personajes. 

Chris Hemsworth (Thor) y el resto de actores se limita a repetir una tarea ya sabida, replicando gestos, frases y actitudes, pero sin el sutil aliento o la emoción que Kenneth Branagh (Henry V, Hamlet) supo darle a la primera entrega: Thor (2011). Y es tal vez allí donde radica el principal escollo: Alan Taylor, el director de esta segunda parte, no es Kenneth Branagh: un director capaz de inyectarle emotividad a una escena, combinar con acierto el drama con la comedia y dotar de cierta grandeza a un personaje cuando este lo requiere.
Loki (Hiddleston) logra lucir mejor que el resto.

Por el contrario, Alan Taylor, un director de televisión que tiene en su haber capítulos de series reconocidas como Juego de tronos (Game of Thrones) o Mad Men, simplemente no da la talla. Y no porque carezca del conocimiento técnico o de capacidad para componer un par de escenas; es simplemente que no hay nada en Thor: The Dark World de memorable, de diferente o para celebrar desde el punto de vista fílmico.

Repetimos, hay un par de escenas visualmente entretenidas: la incursión de los Elfos Oscuros a Asgard y el enfrentamiento de Thor con Algrim (Adewale Akinnuoye-Agbaje); la primera por el feroz y mortal ataque de las naves enemigas que sobrevuelan Asgard (digno de un cinematic de Star Wars), y la segunda por el escenario desolador en donde se lucha. Pero es todo. Ni siquiera los viejos compinches de Thor: Sif (Jaimie Alexander), Fandral (Zachary Levi que reemplaza a Josh Dallas), Volstagg (Ray Stevenson) y Hogun (Tadanobu Asano), logran transmitir el carisma de la primera parte.

Sif (Alexander) y el resto de personajes se repiten sin emoción.
Y es que todo es artificial, previsible y esquemático: los diálogos, los momentos dramáticos, las excesivas bromas o gags, o el malvado Malekith, un personaje tan mal compuesto que nunca llega a mostrarse amenazador. Tal vez por esa razón el enfrentamiento final es más un derroche de efectos especiales, trucos y artificios, ridículas persecuciones y escenas graciosas, todo a la vez; antes que una épica batalla entre seres de un poder inaudito.

En ese sentido, la cinta es una mala copia del estilo de Joss Whedon (The Avengers), un director también nacido del mundo televisivo (Buffy, Angel, Firefly), pero que ha sabido equilibrar ese tipo de cine que apela a las frases hechas, las escenas efectistas, el drama ligero y las cuotas de humor, tan comunes en las series norteamericanas.

Malekith es un enemigo intrascendente.
Dicho todo lo anterior, para pasar el rato Thor: The Dark World cumple su cometido (las cuotas de humor –excesivas a nuestro gusto– animan una cinta algo lenta en el primer tercio). Recuerden quedarse hasta el final de los créditos, pues a la mitad aparece una escena que se enlaza con Guardians of the Galaxy (2014); y al final hay otra que cierra la historia de Thor y Jane Foster (Natalie Portman)… por el momento.

Dejamos varios apuntes, con la advertencia de que algunos pueden tomarse como spoilers.

  • Si bien Thor: The Dark World (2013) es tres minutos más corta que la primera cinta dura 112 minutos frente a los 115 minutos de Thor (2011), la película de Kenneth Branagh es tan ligera que se puede ver más de una vez. En cambio, Thor: The Dark World es algo lenta y, a nuestro humilde gusto, con una vez basta y sobra.
  •  La estructura narrativa de la cinta tiene tantas escenas de humor que nos hace pensar en una serie de televisión. Repetimos, es una mala copia del estilo de Joss Whedon. 
Las bromas y gags se hacen excesivos.
  • El personaje de Jane Foster (Natalie Portman) es prácticamente una caricatura de la primera parte. Una lástima porque Natalie Portman es una actriz con una gracia natural que basta para disfrutar su presencia, pero en esta cinta luce poco equilibrada. La escena en que le reclama a Thor su ausencia de dos años es ridícula y más propia de un sitcom. Una cinta de superhérores no tiene por qué tomarse como una comedia boba. Superman (1978) de Richard Donner no lo era. 
Un Odin (Hopkins) sin fuerza.
  • Anthony Hopkins (Odin) luce tan cansado como su personaje y esta vez carece de la nobleza y energía que supo transmitir en la primera parte. Está ahí para decir sus diálogos, poner gesto ceñudo y alzar la voz. Rene Russo (Frigga) va por el mismo camino, el de repetir su personaje sin mayor desarrollo y, claro, para morir sin pena ni gloria y tener la excusa para una escena que busca aportar algo de drama.
  • Loki es otro personaje que termina por volverse repetitivo, como una copia de sí mismo, y sin embargo eso le basta pasa salir mejor parado que el resto. 
Frigga (Russo) y una muerte innecesaria.
Es tan infantil el guion que tras la muerte de Frigga a manos de Malekith, ni Thor (Chris Hemsworth) ni Odin (Anthony Hopkins) derraman una sola lágrima. Si el tema es no herir la sensibilidad de los más pequeños, pues en primer lugar nunca debió darse la muerte de Frigga.

La escena de traición de Loki a Thor es tan obvia que se nota que es una farsa para engañar a Malekith. El que Loki le “corte” la mano a Thor solo hace más obvio el engaño, tanto como ver al poderoso Dios del Trueno tendido sin fuerzas, a pesar de que a lo largo de la cinta una y otra vez muestra su invencibilidad. 
Los Elfos Oscuros son puro relleno.
  • Otra muestra de lo infantil del guion es que de una escena como la muerte de Loki, se pasa a una frase cómica en boca de Erik Selvig (Stellan Skarsgård) frente a un Thor supuestamente apesadumbrado. 
  • La escena inicial replica el clásico inicio de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001) que ha sido copiado una y otra vez. Y el enfrentamiento final es por momentos ridículo, con los Elfos Oscuros persiguiendo a Darcy Lewis (Kat Dennings) y Erik Selvig con una torpeza digna de El Show de Benny Hill (si lo ponían en velocidad rápida, solo faltaba la música de aquel recordado programa).