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La cinta mejora en acción, pero no tiene la emotividad de la primera. |
Thor: The Dark World
(2013) es una cinta que desde el inicio luce agotada. Y con eso no queremos
decir que no cumpla con entretener a los espectadores. Que es, al fin y al cabo,
lo que podemos esperar de una cinta de superhéroes.
Sin embargo, nos hubiese
gustado ver algo más que una película que se sostiene solo por algunas
secuencias de acción. Y es que hay una chatura en el desarrollo de la historia,
una falta de ambición y de vuelo imaginativo que ni los efectos especiales, ni algunos giros dramáticos, ni
el regreso de Loki (Tom
Hiddleston) y el resto de protagonistas de la primera cinta, pueden compensar.
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Las naves enemigas son dignas de un cinematic de Star Wars. |
La historia gira en torno a Malekith (Christopher Eccleston), el líder de los
Elfos Oscuros y enemigo de los asgardianos (el pueblo de Thor), que despierta de
su sueño, en busca de un arma poderosa que le permitirá destruir el universo cuando se
dé una milenaria alineación espacial. ¿Les parece una idea ya conocida?
Pero más allá del argumento, el problema es que no hay
mayor fuerza en los personajes.
Chris
Hemsworth (Thor) y el resto de actores se limita a repetir una tarea ya
sabida, replicando gestos, frases y actitudes, pero sin el sutil aliento o la
emoción que Kenneth Branagh (Henry V,
Hamlet) supo darle a la primera entrega: Thor (2011). Y es tal vez allí donde
radica el principal escollo: Alan Taylor,
el director de esta segunda parte, no es Kenneth Branagh: un director capaz de inyectarle
emotividad a una escena, combinar con acierto el drama con la comedia y dotar
de cierta grandeza a un personaje cuando este lo requiere.
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Loki (Hiddleston) logra lucir mejor que el resto. |
Por el contrario, Alan Taylor, un director
de televisión que tiene en su haber capítulos de series reconocidas como Juego
de tronos (Game of Thrones) o Mad Men, simplemente no da la talla. Y no porque
carezca del conocimiento técnico o de capacidad para componer un
par de escenas; es simplemente que no hay nada en Thor: The Dark World de memorable, de diferente o para celebrar desde el punto de vista
fílmico.
Repetimos, hay un par de escenas
visualmente entretenidas: la incursión de los Elfos Oscuros a Asgard y el
enfrentamiento de Thor con Algrim (Adewale
Akinnuoye-Agbaje); la primera por el feroz y mortal ataque de las naves
enemigas que sobrevuelan Asgard (digno de un cinematic de Star Wars), y la
segunda por el escenario desolador en donde se lucha. Pero es todo. Ni siquiera
los viejos compinches de Thor: Sif (Jaimie Alexander), Fandral (Zachary
Levi que reemplaza a Josh Dallas),
Volstagg (Ray
Stevenson) y Hogun (Tadanobu Asano),
logran transmitir el carisma de la primera parte.
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Sif (Alexander) y el resto de personajes se repiten sin emoción. |
Y es que todo es artificial, previsible y esquemático: los diálogos, los momentos dramáticos, las
excesivas bromas o gags, o el malvado Malekith, un personaje tan mal compuesto que nunca llega a mostrarse amenazador. Tal vez por esa
razón el enfrentamiento final es más un derroche de efectos especiales, trucos
y artificios, ridículas persecuciones y escenas graciosas, todo a la
vez; antes que una épica batalla entre seres de un poder inaudito.
En ese sentido, la cinta es una
mala copia del estilo de Joss Whedon (The Avengers), un director también nacido
del mundo televisivo (Buffy, Angel, Firefly), pero que ha sabido equilibrar ese tipo de cine que apela a las frases hechas, las escenas efectistas, el
drama ligero y las cuotas de humor, tan comunes en las series norteamericanas.
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Malekith es un enemigo intrascendente. |
Dicho todo lo anterior, para pasar el rato Thor: The Dark
World cumple su cometido (las cuotas de humor –excesivas a
nuestro gusto– animan una cinta algo lenta en el primer tercio). Recuerden quedarse hasta el final de los créditos, pues a la mitad aparece una escena que se enlaza con Guardians
of the Galaxy (2014); y al final hay otra que cierra la historia de Thor y Jane
Foster (Natalie Portman)… por el momento.
Dejamos varios apuntes, con
la advertencia de que algunos pueden tomarse como spoilers.
- Si bien Thor:
The Dark World (2013) es tres minutos más corta que la primera cinta –dura 112 minutos frente a los 115
minutos de Thor (2011)–, la película de Kenneth Branagh es tan ligera que se
puede ver más de una vez. En cambio, Thor: The Dark World es algo lenta
y, a nuestro humilde gusto, con una vez basta y sobra.
- La
estructura narrativa de la cinta tiene tantas escenas de humor que nos hace
pensar en una serie de televisión. Repetimos, es una mala copia del estilo de Joss Whedon.
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Las bromas y gags se hacen excesivos. |
- El personaje
de Jane Foster (Natalie Portman) es
prácticamente una caricatura de la primera parte. Una lástima porque Natalie
Portman es una actriz con una gracia natural que basta para disfrutar su
presencia, pero en esta cinta luce poco equilibrada. La escena en que le
reclama a Thor su ausencia de dos años es ridícula y más propia de un sitcom.
Una cinta de superhérores no tiene por qué tomarse como una comedia boba. Superman
(1978) de Richard Donner no lo era.
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Un Odin (Hopkins) sin fuerza. |
- Anthony Hopkins (Odin) luce tan cansado
como su personaje y esta vez carece de la nobleza y energía que supo transmitir
en la primera parte. Está ahí para decir sus diálogos, poner gesto ceñudo y
alzar la voz. Rene Russo (Frigga) va por el mismo camino, el de repetir su
personaje sin mayor desarrollo y, claro, para morir sin pena ni gloria y tener
la excusa para una escena que busca aportar algo de drama.
- Loki es otro
personaje que termina por volverse repetitivo, como una copia de sí mismo, y
sin embargo eso le basta pasa salir mejor parado que el resto.
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Frigga (Russo) y una muerte innecesaria. |
Es tan
infantil el guion que tras la muerte de Frigga a manos de Malekith, ni Thor (Chris Hemsworth) ni
Odin (Anthony Hopkins)
derraman una sola lágrima. Si el tema es no herir la sensibilidad de
los más pequeños, pues en primer
lugar nunca debió darse la muerte de Frigga.
La escena de traición de Loki a Thor es tan obvia que se nota que es una farsa para engañar a Malekith.
El que Loki le “corte” la mano a Thor solo hace más obvio el engaño, tanto como ver al poderoso Dios del Trueno tendido sin fuerzas, a pesar de que a lo largo
de la cinta una y otra vez muestra su invencibilidad.
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Los Elfos Oscuros son puro relleno. |
- Otra muestra
de lo infantil del guion es que de una escena como la muerte de Loki, se pasa
a una frase cómica en boca de Erik Selvig (Stellan Skarsgård) frente a un Thor supuestamente
apesadumbrado.
- La escena inicial replica el clásico inicio de El Señor de los Anillos (Peter Jackson, 2001)
que ha sido copiado una y otra vez. Y el enfrentamiento
final es por momentos ridículo, con los Elfos Oscuros persiguiendo a Darcy
Lewis (Kat Dennings) y Erik Selvig con una torpeza digna de El Show de Benny Hill (si lo ponían en velocidad rápida, solo
faltaba la música de aquel recordado programa).