En los
noventa aún me negaba a pensar en el futuro. Las tardes de verano eran interminables y nuestras
conversaciones se extinguía con las primeras luces de la mañana. El tiempo parecía no alcanzarnos y, en mi interior, pensaba que siempre tendría una nueva oportunidad
para hacer bien las cosas.
Sentados en una banca de parque éramos jóvenes. Llegábamos
uno a uno, en un rito acordado de tanto repetirlo. Reíamos y rabiábamos de
nosotros, de la vida, del amor siempre ajeno, de nuestros propios sueños… y la
música de INXS se dejaba escuchar.
Kiss the Dirt
Lo he dicho
antes, siempre fui un desorejado y la música llegó tarde a mí. Mientras mis amigos
eran expertos grabando canciones de las estaciones de radio, yo recién me
reencontraba con algunos grupos que había conocido en un canal de televisión
que hoy ya no existe. Era un programa de videos musicales en donde, absorto,
huía de mí. "Kiss the Dirt
(Falling down the mountain)" de INXS era de 1985 (del álbum Listen Like
Thieves). Pero allí lo repetían
una y otra vez.
Baby Don't Cry
Recuerdo que
en los noventa fueron desapareciendo las bellas casonas que, una al lado de la otra en una gran avenida, distraían mi viaje rumbo a la universidad. Eran casas
enormes, bellas y elegantes, de columnas de mármol algunas, de frondosos
árboles otras, de tejados europeos y grandes vitrales. Por aquella década las fueron derrumbando una a una. Y el aire romántico que lucían se iba con ellas, y
con ellas mis sueños y fantasías. Siempre me prometía tomar mi cámara de rollos
y rescatarlas en una fotografía para el recuerdo. Nunca la hice. "Baby
Don't Cry" (Welcome to wherever you are, 1992) era genial por entonces.
Not Enough
Time
Extraño las
largas caminatas nocturnas, en solitario. No existía la acechanza ni la amenaza
de peligro, eran noches mágicas en que podía escuchar el palpitar de mi corazón.
Eran tiempos en que la ciudad inclinaba su faz y dormía; no pasaban autos, no
había gente en las silentes aceras. A lo lejos, podía escuchar la música de
alguna fiesta y yo imaginaba aquellos bellos rostros de "Not Enough
Time" (Welcome to wherever you are, 1992).
En los
noventa terminaron por cerrar los cines antiguos a los que gustaba ir. Cines con
platea y mezanine, con una sola boletería y asientos envejecidos. Salas que
habían dejado atrás sus mejores glorias y que murieron de pie, y con ellas el eco de
las risas y emociones que albergaron sus muros.
“Contracara” (Face/Off, 1997) de John Woo fue la última cinta que vi en uno de aquellos cines. A veces la pasan por cable y sonrío al verla. "Don't lose your head" (Elegantly Wasted, 1997) fue parte de la banda sonora. El tiempo que parecía jamás alcanzarme hoy ya lo hizo.
“Contracara” (Face/Off, 1997) de John Woo fue la última cinta que vi en uno de aquellos cines. A veces la pasan por cable y sonrío al verla. "Don't lose your head" (Elegantly Wasted, 1997) fue parte de la banda sonora. El tiempo que parecía jamás alcanzarme hoy ya lo hizo.