domingo, 26 de enero de 2014

Los otros noventa V

En los noventa aún me negaba a pensar en el futuro. Las tardes de verano eran interminables y nuestras conversaciones se extinguía con las primeras luces de la mañana. El tiempo parecía no alcanzarnos y, en mi interior, pensaba que siempre tendría una nueva oportunidad para hacer bien las cosas. 
Sentados en una banca de parque éramos jóvenes. Llegábamos uno a uno, en un rito acordado de tanto repetirlo. Reíamos y rabiábamos de nosotros, de la vida, del amor siempre ajeno, de nuestros propios sueños… y la música de INXS se dejaba escuchar.

Kiss the Dirt
Lo he dicho antes, siempre fui un desorejado y la música llegó tarde a mí. Mientras mis amigos eran expertos grabando canciones de las estaciones de radio, yo recién me reencontraba con algunos grupos que había conocido en un canal de televisión que hoy ya no existe. Era un programa de videos musicales en donde, absorto, huía de mí. "Kiss the Dirt (Falling down the mountain)" de INXS era de 1985 (del álbum Listen Like Thieves).  Pero allí lo repetían una y otra vez.



Baby Don't Cry
Recuerdo que en los noventa fueron desapareciendo las bellas casonas que, una al lado de la otra en una gran avenida, distraían mi viaje rumbo a la universidad. Eran casas enormes, bellas y elegantes, de columnas de mármol algunas, de frondosos árboles otras, de tejados europeos y grandes vitrales. Por aquella década las fueron derrumbando una a una. Y el aire romántico que lucían se iba con ellas, y con ellas mis sueños y fantasías. Siempre me prometía tomar mi cámara de rollos y rescatarlas en una fotografía para el recuerdo. Nunca la hice. "Baby Don't Cry" (Welcome to wherever you are, 1992) era genial por entonces.



Not Enough Time
Extraño las largas caminatas nocturnas, en solitario. No existía la acechanza ni la amenaza de peligro, eran noches mágicas en que podía escuchar el palpitar de mi corazón. Eran tiempos en que la ciudad inclinaba su faz y dormía; no pasaban autos, no había gente en las silentes aceras. A lo lejos, podía escuchar la música de alguna fiesta y yo imaginaba aquellos bellos rostros de "Not Enough Time" (Welcome to wherever you are, 1992).



Don't lose your head
En los noventa terminaron por cerrar los cines antiguos a los que gustaba ir. Cines con platea y mezanine, con una sola boletería y asientos envejecidos. Salas que habían dejado atrás sus mejores glorias y que murieron de pie, y con ellas el eco de las risas y emociones que albergaron sus muros. 
“Contracara” (Face/Off, 1997) de John Woo fue la última cinta que vi en uno de aquellos cines. A veces la pasan por cable y sonrío al verla.  "Don't lose your head" (Elegantly Wasted, 1997) fue parte de la banda sonora. El tiempo que parecía jamás alcanzarme hoy ya lo hizo.





viernes, 24 de enero de 2014

El escape imposible de Stallone y Schwarzenegger

Dos leyendas del cine de acción de los noventa en una cinta entretenida.
Es seguro que si Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone hubiesen aparecido juntos en una película allá por los noventa, habría sido una megacinta de acción con explosiones por doquier, tiroteos y una gran pelea entre ambos héroes antes de unir fuerzas para vencer al malvado de turno. Pero los egos eran por entonces muy grandes y ninguno necesitaba al otro para brillar. 

Hoy es diferente, y aunque Stallone ha logrado una producción más pareja que Schwarzenegger en la última década, lo cierto es que solo con "The Expendables" (2010) y "The Expendables 2" (2012) ambos han podido recobrar, muy brevemente, sus glorias pasadas como héroes de acción. Algo que no ha podido repetir Stallone con "Bullet to the head” (2012) ni Schwarzenegger con "The last stand" (2013), a pesar de ser aceptables cintas de acción. Por eso, mientras hacen tiempo hasta el estreno de "The Expendables 3" (2014), decidieron aparecer juntos en Escape imposible” (Escape Plan, 2013) y el resultado, sin mayores aspavientos, es bastante aceptable.

Vinnie Jones otra vez de malo.
En esta cinta, Ray Breslin (Stallone) es un especialista en probar la seguridad de cárceles de alta peligrosidad. La historia es simple, Breslin recibe el encargo de evaluar una prisión ultrasecreta. Sin embargo, algo saldrá mal y se convertirá en un reo más que se las verá con Hobbes (Jim Caviezel), el jefe de la prisión, y el temible jefe de guardias Drake (el siempre rudo Vinnie Jones). ¿Y Schwarzenegger? Pues es Emil Rottmayer, un reo que aparecerá entre los prisioneros para hacer migas con Stallone y huir juntos. Y eso es todo. Lo que sigue es una cinta de acción simple pero efectiva, que entretiene, con un ritmo rápido y que recuerda mucho el estilo noventero. Es más, los personajes secundarios, a cargo de actores carismáticos y con oficio (aparecen incluso Sam Neill y Vincent D'Onofrio), aportan variedad a la cinta.

D'Onofrio en un papel secundario.
Mikael Håfström (El rito, 1408, Descarrillados), el director, ha mostrado su eficiencia en cintas de género (terror, acción, thriller). Y aunque se podría criticar la simpleza del argumento, la película resulta simpática. Un dato: la cárcel secreta es muy similar a otra de una recordada cinta de acción de los noventa, la cual preferimos no mencionar para no echarles a perder la historia. En resumen, a nuestro gusto, “Escape imposible” cumple con entretener.

El algo errático Caviezel.
¿Y la dupla Stallone-Shwarzenegger? Stallone interpreta una de sus tantas versiones de héroe de acción, mientras que Schwarzenegger se contenta con explotar la simpatía que genera con solo aparecer. Es más, el buen Arnold pone su sello personal en el enfrentamiento final replicando una escena clásica de sus cintas de acción (algo así como ver a Van Damme y su clásica patada). Y con eso le basta a ambos para sostener toda la trama.

Al que no le va tan bien es a Jim Caviezel como Hobbes, el corrupto jefe de prisión. Caviezel trata de componer un malvado casi teatral –ideal para una cinta como esta–, pero no logra convencer del todo y su final es casi ridículo. Curioso derrotero para un actor que se hizo conocido por “La delgada línea roja” (The thin red line, 1998) de Terrence Malick y que tuvo el protagonismo en La pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson –un papel que según el propio actor perjudicó su carrera–.

Los viejos héroes aún pueden repartir golpes y balas.
Un comentario final: es curiosa la prevalencia de viejos actores de acción como Stallone y Schwarzenegger, a quienes ahora les basta su duro carisma para hacer entretenida una cinta sin grandes efectos especiales ni explosiones épicas cada diez minutos. Algo similar a lo que, a su estilo, logran otros actores de la vieja guardia como Mel Gibson o Bruce Willis. Y es que si dejamos de lado las sagas de Arma Mortal (Lethal Weapon), Duro de Matar (Die Hard), El Exterminador (Terminator) o Rambo, a este cuarteto le basta hoy en día con un par de golpes y una frase sarcástica para satisfacer a la platea.

Los viejos héroes de acción seguro irán desapareciendo con el tiempo. Pero como en sus mejores cintas, morirán de pie.



jueves, 23 de enero de 2014

"Frozen", cuando Disney apuesta a lo seguro

"Frozen" es una cinta simpática, pero convencional por historia y personajes.
“Frozen” (2013) tiene el sello de Disney por donde se mire, y en el estilo más clásico. Incluso, previo a su proyección, se puede ver un corto del buen Mickey Mouse al estilo de sus antiguas cintas. La historia de “Frozen” es muy simple: las princesas Elsa (Idina Menzel) y Anna (Kristen Bell) son dos hermanas que se verán separadas por el poder mágico de una de ellas, y será el lazo afectivo entre ambas lo que romperá ese hechizo.  

Disney regresa a las princesas y a un estilo más clásico.
A diferencia de “Enredados" (Tangled Ever After, 2012), de estilo más desenfado y ágil, “Frozen” resulta más tradicional en personajes, narrativa e incluso en sus canciones. Anna es el motor de la trama y compone a la típica heroína de las cintas de Disney (con toques modernos claro), pero queda lejos de sus antecesoras.
Algo similar sucede con el antagonista de Anna. En las cintas clásicas de Disney, pasando por sus mejores largometrajes animados de los noventa y la reciente “Enredados” (2010), si algo siempre tiene un lugar especial es la caracterización del malvado. Sin embargo, aquí  tiene relevancia solo al final para justificar el desenlace. 

El nivel de la animación tiene buenos momentos.
 “Frozen” no es un musical, pero los primeros minutos están muy cerca de serlo, con una serie de canciones que solo dan tregua cuando Anna decide ir en busca de Elsa. A partir de allí el relato avanza con pequeños sucesos que permiten animar una cinta que luce muy solemne en sus primeros minutos. 

Es con el personaje de Olaf (Josh Gad), el gracioso muñeco de nieve, e incluso de Sven, el reno amigo de Kai (Stephen J. Anderson), que la cinta funciona mejor, pues la mayoría de momentos jocosos recae en ellos. Si algo sabe hacer muy bien Disney es apelar a personajes secundarios (objetos o elementos de la naturaleza) que reúnen gracia, ocurrencias y simpatía.

La animación, a cargo de Walt Disney Animation Studios, sigue el estilo de "Enredados" (Tangled Ever After, 2012) y por momentos lo supera en el detalle de los gestos y actitudes de algunos personajes, como la escena musical de Elsa cuando construye su castillo. El nivel es tal que nos pusimos a pensar lo genial que hubiese sido dicha escena con un actor real, como Amy Adams en “Encantada” (Enchanted, 2007).

Entre lo mejor: la animación y la emoción de la escena final.
Es probable que parte de nuestra crítica se deba a que las cintas de animación 3D nos han habituado a otro tipo de historias, más originales, de mayor dinámica e intensidad.  Pixar (Toy Story, Finding Nemo, Wall-E, Up) nos ha regalado historias emotivas y ocurrentes; entrañables para los niños y con la suficiente elaboración como para que los adultos también las apreciemos. Algo que también han logrado Twentieth Century Fox Animation (La era del hielo) y  DreamWorks Animation (Cómo entrenar a tu dragón), por ejemplo. 

Olaf, el muñeco de nieve, aporta gracia y humor.  
Lo cierto es que  Disney sabe más que este humilde servidor, y “Frozen”, siendo a nuestro gusto una película simpática pero menor, ha sido un éxito de taquilla, muy por encima de cintas como "Brave" (2012) y “Enredados” (2010), cuyas respectivas producciones costaron más. 

Así que mientras en asociación con Pixar, Disney lanza por ejemplo Monsters University (2013), también realiza cintas familiares más tradicionales, pues sabe que hay un público que gustará de ellas. En resumen, “Frozen” es una cinta para los más pequeños, que disfrutan con el personaje de Olaf, simpática pero convencional. En lo personal, me quedo con el corto del buen Mickey.