Es cierto que una crítica de Dr. Strange a estas alturas podría considerarse algo desfasada. Pero es una buena excusa para analizar un formato que le ha traído éxitos a la dupla Disney-Marvel. La película de Dr. Strange está construida sobre una serie de clichés del género de superhéroes, pero es lo suficientemente ágil para entretener al espectador.
Si nos centramos en las recientes películas que sirvieron como presentación de un personaje de Marvel, Dr. Strange se ubica por debajo de Iroman (2008) y Capitán América (2011), se equipara a lo visto en Thor (2011) y está por encima de Ant-Man (2015). Y decimos que está por encima de Ant-Man solo por lucir más recursos de producción y una historia ligeramente más ambiciosa.
La película protagonizada por Benedict Cumberbatch (Dr. Strange) combina dosis de humor y acción con un conjunto de efectos especiales cuyo mayor atractivo es el viaje astral de Dr. Strange (un homenaje al estilo gráfico del cómic) durante su primer encuentro con El Anciano (Tilda Swinton).