lunes, 10 de marzo de 2014

300 Rise of an Empire: mejor de lo esperado

"300: Rise of an Empire" es una buena película de acción.
"300: Rise of an Empire" (2014) de Noam Murro (Smart People, 2008) es la continuación de la recordada “300” (2006) de Zack Snyder. Si un mérito tuvo la cinta de Snyder fue su propuesta visual, aunque las actuaciones y el ritmo narrativo quedaban relegados. El punto fuerte eran las secuencias de acción y las escenas tomadas del cómic de Frank Miller. La caracterización de los personajes, el tono violento de la historia y los diálogos eran una réplica del cómic. Snyder se aplicó en trasladar dicha esencia a un estilo visual que llenó los ojos del espectador.

La cinta narra las batallas marítimas de persas y atenienses.
Y así como “300” replicaba al cómic de Miller en contenido y estética, "300: Rise of an Empire" repite la puesta en escena de la primera cinta y el estilo de las escenas de acción. El resultado es una película que supera a la primera en fluidez y que visualmente es tan buena e incluso mejor que la original.

El director Noam Murro tiene el mérito de no complicarse con la tarea y seguir lo que hizo Zack Snyder en “300”. Por ello los defectos y virtudes de "300: Rise of an Empire" son en cierta forma los mismos que la primera cinta.

Sullivan Stapleton interpreta con solvencia a Temístocles.
A favor está un guion que aprovecha la historia del rey Leonidas (Gerard Butler) y su batalla en el paso de Las Termópilas frente al ejército de Jerjes (Rodrigo Santoro). La trama y los personajes de la primera cinta vuelven a aparecer para dar continuidad a esta nueva historia que se enriquece con todos los referentes anteriores. La necesidad de mostrar el origen y las motivaciones de Jerjes, así como las de Artemisia (Eva Green) en su odio hacia los griegos, permite que el personaje del rey Persa y el resto de su corte tengan mayores matices y detalles. Ya no estamos aquí frente a un ejército sin rostro ni caracteres del todo planos. La estética de los enfrentamientos en el mar es otro acierto.


Se conoce más de Jerjes y su séquito. Eva Green es Artemisia.
Algo que no nos agradó de "300” fue su poco desarrollo argumental y la pobre dirección de los actores, salvo por el personaje de Leonidas, que Gerard Butler supo caracterizar. Aunque visualmente no había nada que reprocharle a Zack Snyder, lo cierto es que las batallas se volvían repetitivas y la narración era casi monocorde. Las frases y el discurso épico de Frank Miller salvaban estos escollos. 


Felizmente, en "300: Rise of an Empire" el estilo narrativo y el uso de la voz en off se supedita a la historia y a la acción; además, el tono solemne, tan recargado en “300”, se aligera un poco y da más espacio a los diálogos y las actuaciones.

A favor: el uso de personajes y referentes de la primera cinta.
El resultado es una buena cinta de acción, mejor narrada que la original, entretenida y que dejará muy satisfechos a quienes disfrutaron de “300” y a quienes buscan pasar un buen rato. Las batallas llenan los ojos, la sangre abunda por doquier y se deja la opción para una tercera parte. Qué más se puede pedir.





viernes, 7 de marzo de 2014

Del Strikeforce a la pantalla grande

Gina Carano prueba otra vez suerte en la pantalla grande.
Para quienes no la recuerdan, Gina Carano aparece en "Fast & Furious 6" (2013) como la oficial que da tremenda pelea a Letty (Michelle Rodriguez). También fue la protagonista central de "Haywire" (2011), la cinta del director  Steven Soderbergh (Traffic, Ocean's Eleven, The Good German). Aquella vez, la intrépida Gina le dio una buena paliza a varios personajes interpretados por Ewan McGregor, Bill Paxton, Antonio Banderas, Channing Tatum y Michael Fassbender, entre otros.

¿Y por qué la recordamos en este breve post? Pues se anuncia una nueva cinta, “In the blood” (2014), en donde Carano interpreta a una valiente dama en busca de su esposo, desaparecido en el Caribe. 

Esta joven luchadora fue estrella en Strikeforce.
Basta ver el tráiler para saber que se trata de un filme de bajo presupuesto que busca explotar el arrastre de Gina entre sus fans. Y es que el mayor atractivo es ver a esta experta en kickboxing y estrella de Strikeforce en una película de acción (aunque sea de Serie B). La cinta parece incluso menor a sagas como The Marine (2006), película en donde el protagonista es una estrella de lucha libre. Del director no hay mucho que decir: John Stockwell estuvo a cargo de "Aguas Profundas" (Dark Tide, 2012), una cinta con Halle Berry que pasó por nuestras salas sin pena ni gloria.

Curioso destino el de Gina Carano luego de haber protagonizado una cinta de Soderbergh (incluso escribimos un post: Los buenos golpes de Gina). Sin embargo, Carano siempre será de nuestras favoritas en el octágono y en el ring (basta ver alguno de sus videos en Youtube). 


En el trailer de “In the blood” aparece Danny Trejo, lo que nos hace pensar que tal vez a Carano le hubiese ido mejor con un director como Robert Rodriguez, capaz de realizar cintas absurdas pero divertidas como Machete (2010) y Machete Kills (2013), ambas con Danny Trejo. Carano sería perfecta en ese estilo de películas que tanto le gustan al director mexicano. Y es que Gina sí sabe dar buenos golpes.




martes, 4 de marzo de 2014

“El vientre”, el suspenso como alternativa

"El vientre" apuesta por el suspenso y el thriller.
“El vientre” (2014) es el segundo largometraje de Daniel Rodríguez Risco (El acuarelista, 2008). Mayella Lloclla es Mercedes, una joven contratada por Silvia (Vanessa Saba) para que la ayude en las labores domésticas de su antigua casona. Manuel Gold es Jaime, un joven que por azar llegará también a la casa. La trama se desarrolla al inicio entre estos tres personajes. Mercedes quedará embarazada durante su estancia en la casa de Silvia, quien mostrará un interés obsesivo por la madre y el futuro niño. “El vientre” juega con elementos del thriller y el suspenso en un ritmo cuya tensión se va incrementando en el último tercio cuando los dos personajes femeninos se contraponen.

La cinta se sostiene en las dos protagonistas centrales.
La puesta en escena se subordina a la historia y se apela a pocos personajes a favor de esta tensión. Cuando el suspenso inicial pasa a una real amenaza la cinta adquiere sus mejores momentos. Lo mismo sucede con los personajes de Mercedes y Silvia, que tienen más elementos para desarrollarse. El paso del tiempo no es esencial en la historia, sino las fricciones entre las dos protagonistas y los sucesivos hechos sangrientos. Por eso el salto veloz del embarazo inicial de Mercedes a su estado más avanzado no afecta la integridad de la historia.

A nuestro gusto, dos son los momentos mejor logrados: el que corresponde a la aparición y destino de Miguel (Gianfranco Brero), el tío de Jaime; y la infructuosa huida final de Mercedes.

La relación entre Jaime y Mercedes es solo funcional.
“El vientre” es una historia menor, pues sus elementos argumentales son básicos. A favor de la ausencia de más personajes y de una trama más compleja fluye sin contratiempos. Una característica necesaria, pues estamos ante un largometraje sin picos de suspenso ni la tensión propia de las cintas de horror (aunque tenía esa posibilidad). Sin embargo, logra despertar el interés por conocer las motivaciones de Silvia (que se desentrañan sin explotar el potencial que esto tenía), así como el destino de Mercedes. El desenlace no arriesga con un giro inesperado; más bien apuesta por lo seguro al replicar elementos vistos ya en otras cintas, lo que le resta originalidad pero funciona para cerrar la historia.

La puesta en escena se subordina a la historia y los personajes.
En resumen, “El vientre” muestra oficio en la dirección y el deseo de contar una historia. Las actuaciones de Vanessa Saba y Mayella Lloclla permiten dar solidez a una propuesta más bien sencilla y que nos deja la sensación de querer ver una relato más complejo. Sin embargo, es cuestión de gustos.

Lo cierto es que el público ha respondido con interés y en la primera semana de  exhibición superó los cien mil espectadores. Hay en ello un anhelo de identificación y una curiosidad por descubrir elementos propios en las cintas de género nacionales. Tal vez incluso una gran expectativa. Lo pudimos percibir en la fila de la boletería y la atención con que el público seguía la historia. 

El cine nacional tiene un público entusiasta y expectante. 
Será interesante seguir el desarrollo de esta corriente fílmica que tiene la ventaja de que hay un público cautivo. Sobre todo para el caso del terror y el thriller, que por sus características parecen más accesibles a la producción local y que tienen un claro atractivo comercial. Esperamos que el cine de género nacional mejore su calidad y encuentre su propio estilo. “El vientre”, como otras cintas previas, es un buen intento hacia ese camino.


lunes, 3 de marzo de 2014

47 Ronin: cuando el tráiler engaña

"47 Ronin" no tiene la aventura y acción que prometía. Es solo regular.
“47 Ronin” (2013) es una cinta solo regular. Keanu Reeves es Kai, un misterioso personaje acogido en su niñez por Asano (Min Tanaka), señor feudal que será víctima de una traición a manos de un rival, Kira (Tadanobu Asano), y de una bruja (Rinko Kikuch). Kai se unirá a Kuranosuke Ôishi (Hiroyuki Sanada) y un grupo de samuráis en busca de vengar la muerte de Asano. Esa es la historia central de la trama, a la que se suma de manera tangencial el vínculo romántico entre Kai y Mika (Ko Shibasaki), la hija de Asano.

La dirección artística aporta lo suyo, pero el guion no ayuda. 
El uso de referentes del cine de samuráis (con sus códigos de honor, intrigas entre señores feudales, batallas y escenas con espadas) y elementos del cine fantástico (brujas y seres mágicos) le daba a esta película un potencial interesante. La puesta en escena permitía además refrescar el género de aventuras y de acción plagado hoy de bárbaros, guerreros antiguos, del medioevo y de la mitología griega.

El director Carl Rinsch desaprovecha el potencial visual.
Sin embargo, conforme avanzan los minutos estas posibilidades se reducen a su mínima expresión. El paso del Kai joven al adulto se da de inmediato, al igual que los intereses y motivaciones de los personajes. Una vez lanzado el grupo de los 47 ronin (samuráis sin un Daimyo o señor al cual servir) en busca del honor perdido, no hay mayor espectacularidad ni aventura. A nuestro gusto, solo ocurre un enfrentamiento de espadas relevante, mientras que el resto de la acción es poco original. La escena final pretende dar a la cinta un toque épico que nunca logra alcanzar por méritos propios.

Personajes e historia se simplifican al máximo.
Otro aspecto es el desarrollo de la trama. Si retiramos al personaje de Kai y los elementos fantásticos, bien podríamos estar frente a una cinta japonesa por historia y por el tratamiento dramático. Y aunque estos elementos salvan un poco el conjunto, el guion no busca un mayor desarrollo narrativo ni de los personajes.

El motivo amoroso es solo un detalle.
A pesar de tener muchos más recursos, “47 Ronin” está lejos de cintas de presupuestos más modestos pero mejor logradas como “Azumi” (2003) y “Azumi 2: Death or Love” (2005). Tampoco logra usar los elementos del género a su favor como lo hace “El camino del guerrero” (The Warrior's Way, 2010). Menos aún tiene la vertiginosa acción de “Ninja Assassin” (2009). Bunraku (2010), con su estética arriesgada y su mundo de fantasía, tiene más enfrentamientos con espadas samuráis (el personaje de Killer No. 2 interpretado por Kevin McKidd es un buen ejemplo). Todas estas películas son también cintas de acción con elementos de la tradición japonesa. 

La cita tampoco explota el lado fantástico como se esperaba.
Con relación al lado fantástico, no hay mayor novedad ni una apuesta atrevida como por ejemplo la de Zack Snyder en “300” (2006). Y señalamos esto porque la promoción y el tráiler de la cinta hacían esperar una película de acción con una fuerte carga fantástica. Incluso las imágenes en afiches y material publicitario colocan a un personaje que apenas sale unos segundos. La historia de los 47 ronin ha sido motivo de varias películas en el cine japonés y “47 Ronin” parece atrapada entre su aparente homenaje a dicha tradición y sus limitaciones como cinta comercial, en la que su debutante director Carl Rinsch no aporta mayor originalidad.

Personajes eliminados o que salen un par de segundos.
Un par de datos : En su filmación, “47 Ronin” sufrió varios cambios de guión y de edición, lo que implicó la eliminación de personajes que tenían cierta relevancia. Es probable que esto le haya restado matices y variedad; o acaso la haya salvado de un resultado menos favorecedor. 

Cinta menor y de poco vuelo, aunque costó US$ 175 millones.
Además, la película costó cerca de US$ 175 millones, una cifra que parece excesiva para un resultado fílmico tan modesto. Si hablamos de cintas de acción y fantasía “300” (2006) costó US$ 65 millones, “Furia de Titanes 2" (Wrath of the Titans, 2012) cerca de US$ 150 millones; las recién estrenadas “Pompeya” (2014) y “Hércules” (The Legend of Hercules, 2014) cien y 70 millones, respectivamente. 

“47 Ronin” pudo ser mejor contada, pero termina siendo una película menor por historia, desarrollo y propuesta visual.