miércoles, 18 de julio de 2012

The Dark Knight Rises: el gran final que esperamos

En dos posts recientes recordamos las virtudes de Christopher Nolan como director y también reflexionamos sobre el género del cine de superhéroes. Pues bien, The Dark Knight Rises (2012) llega a nuestras salas el 26 de julio, el esperado final de una saga que dio inicio en Batman Begins (2005) y que tuvo en The Dark Knight (2008) una trepidante segunda parte. 

¿Qué podemos adelantar? Que se trata, según las primeras críticas realizadas antes del estreno oficial, de una tercera entrega que no decepcionará. Hay quienes señalan que en esencia está más cerca de Batman Begins que de The Dark Knight. Hasta el momento, la mayoría de comentarios son favorables; aunque otros no quedaron satisfechos. Lo cierto es que será una película que dará que hablar de todas formas.

Quienes la aplauden (los más) señalan que es el final perfecto para una historia que inició en Batman Begins, película de la que toma varios elementos para cerrar el círculo. Nolan, junto a su hermano Jonathan y David S. Goyer, ha delineado una historia de carácter épico y ambiciosa por el arriesgado número de personajes que tienen funciones claves, por la metáfora de un mundo llevado al extremo del caos (algunos críticos quieren ver en ello referencias a la crisis económica norteamericana y la violencia que han vivido), por la forma en que se lleva al personaje de Bruce Wayne (Christian Bale) a un nivel dramático que apenas es un atisbo en The Dark Knight y por la reflexión que se hace del ideal heroico en donde el sacrificio se convierte en la respuesta última de esta trilogía.

La confrontación del héroe y el sacrificio como redención. 
Quienes no la celebran (los menos) hallan que la suma de todos estos elementos no logra cuajar del todo, que el manejo y la interpretación de los personajes es correcto, pero que estos se pierden y subordinan ante el deseo de contar demasiado. Algunos lamentan que el primer tercio del filme se centre en la composición dramática de la historia, en diálogos y en flashbacks; un detalle que a su vez es apreciado por la mayor parte de los críticos. También hay quienes reclaman que los minutos finales se excedan en un ansia por lo grandioso y en una serie de secuencias de acción. Elementos que para otros son el clímax de lo que catalogan como una gran historia.

El caos personificado en la cruel frialdad de Bane.
Al parecer es cierto que Nolan toma riesgos: luego de un inicio que promete cortar el aliento se centra en el desarrollo de los personajes por varios minutos. La historia es la siguiente: han pasado ocho años desde que Bruce Wayne se inculpó de los crímenes cometidos por Harvey Dent-Two Face (Aaron Eckhart) y desde entonces se ha recluido en su mansión sin volver a usar el antifaz de Batman. Ha logrado que reine la paz, pero a un precio muy alto: carga con la culpa y el dolor de la pérdida de Rachel, está físicamente disminuido y es considerado un criminal. Es en estas circunstancias que hará su aparición Bane (Tom Hardy) con un solo fin: la destrucción total de Gotham City. A Wayne no le quedará otra opción que volver a usar el traje del Caballero de la Noche. A decir de los críticos, Christian Bale compone el mejor Batman de toda la saga.

Lucius y Alfred . Mentores, soporte y guías de Bruce Wayne.
Michael Caine (Alfred) y Morgan Freeman (Lucius Fox) regresan para regalarnos las sólidas interpretaciones de las dos entregas previas. A su vez, Jim Gordon (Gary Oldman) compone la otra cara de la misma moneda: si Wayne sufre oculto tras una máscara; Gordon lleva una carga similar pero sin disfraz tras el que pueda ocultarse. Anne Hathaway da vida a una fría pero a la vez realista Selina Kyle (el sobrenombre Catwoman no se menciona en la película, pero algunos críticos la señalan como la mejor de todas). Joseph Gordon-Levitt es el novato John Blake que recuerda los sucesos acaecidos en The Dark Knight y que ahora, como oficial de la ley, trata de entender qué sucedió con Batman. Matthew Modine cumple un interesante rol como el oficial Foley: es la mirada externa, el asombrado testigo de esta sobrecogedora trama. Marion Cotillard (Miranda Tate) aparenta ser el nuevo elemento romántico y la esperanza de un futuro menos incierto para Wayne, aunque hay más detrás de todo ello. Bane, finalmente, es el detonante, violento, cruel e inhumano que dará inicio a un final totalizador.
Gordon, Blake y Foley. Testigos y partícipes de un trepidante final.
Hay un hecho que siempre lamentaremos: la ausencia del Joker, un personaje que sin duda hubiese sido extraordinario en esta tercera película. Heath Ledger compuso un personaje delirante, tan desenfrenado como cautivador (se sabe que en The Dark Knight Rises no se hace mención al Joker por respeto al desaparecido actor).


Miradas que engañan. El rol de ambas será determinante en la historia.
Hay quienes relacionan The Prestige (2006), otra película de Christopher Nolan, con The Dark Knight Rises por el carácter trágico y obsesivo de los protagonistas centrales: los magos Robert Angier (Hugh Jackman) y Alfred Borden (Christian Bale). Lo cierto es que The Prestige entusiasma por la historia que pretende narrar, aunque es algo fría y esquemática (curiosamente en ambos extremos se ubican las críticas a favor y en contra de esta tercera entrega). En todo caso, Nolan tiene el gran mérito de haber impuesto su estilo en esta gran saga de Batman. Sin alejarse de las ventajas del cine de los grandes estudios (con un alto presupuesto, abundancia en efectos especiales y un formato de alta resolución) nos ha regalado cintas entretenidas, con momentos de buen cine, gusto narrativo e historias ambiciosas y más elaboradas frente al común del género de superhéroes y del circuito comercial en general.


Aun si fallase, Christopher Nolan nos pondrá sin duda ante una gran historia, tal vez imperfecta, tal vez excesiva, pero como en The Prestige o Inception (2010), será una historia que hará volar nuestra imaginación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario