jueves, 29 de marzo de 2012

¡Qué mala suerte!

Hace poco participé en un concurso. Cuando lo vi pensé que era un concurso más o menos sencillo y me preparé un poco para poder ser el ganador del premio mayor que se ofrecía, presté mucha atención a las indicaciones que se nos daban y traté de controlar los nervios.


Durante el desarrollo del concurso todo iba bien, estaba adelante y podía tentar el premio mayor, hasta cierto momento en que me equivoqué en dar una respuesta, luego la siguiente persona acertó y quien le seguía empezó la última ronda del concurso, y fue él quien finalmente tentó el premio mayor, si bien no logró llevárselo sí consiguió un premio final muy bueno por el cual estuvo más que contento.


En cuanto a mí, en mi cabeza sólo sonaba la famosa frase ¡qué mala suerte tuve! cuando pensaba en que yo había estado adelante en la mayor parte del concurso y sólo en la última ronda perdí la oportunidad.


Años atrás una persona me dijo que la suerte se construye y que una persona tiene suerte porque construyó su oportunidad. Pensé en eso y me di cuenta que quien ganó el concurso fue quien menos errores cometió en la ronda donde la puntuación era más alta, quien se mantuvo concentrado y tranquilo en el momento en que más debió estarlo, es decir, quien construyó su buena fortuna en el momento que debió construirla. Es así entonces que ganó quien debió ganar y al final, me divertí mucho participando y logré un premio nada despreciable.


Pero creo que lo que más me gustó fue la experiencia de estar ahí en ese momento, aún más que el premio que recibí.


Al final no tuve mala suerte, por lo menos no como el caso del protagonista del curioso video de la canción It's Raining Again de Supertramp (del álbum Famous Last Words de 1982)



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