martes, 26 de junio de 2012

Nolan o el placer del narrador

El arte de cautivar al espectador con una buena historia.
¿Cuál es el mérito de Christopher Nolan en sus películas? Tal vez el haber podido equilibrar momentos de buen cine con historias que despiertan interés, un entusiasmo por la sorpresa y por jugar con los recursos narrativos. Es además un director que compone buenos personajes y que gusta de los diálogos certeros y efectivos.

Tal vez su formación literaria tenga que ver con la manera en que se aleja de la narración lineal (Memento, 2000), su gusto por un suceso dentro de otro (Inception, 2010) o por adentrarse en la psiquis de sus personajes (Insomnia,2002). En ocasiones el resultado no es uniforme, pero la correcta dirección y lo ambicioso de la historia permiten disfrutar los momentos en que acierta (The Prestige, 2006). Logró además conformar una sobria película de gran presupuesto (Batman Begins, 2005) y se permitió en la segunda (The Dark Knight, 2008) que la palabra, antes que la acción, aporten momentos dramáticos.
Memento: la desolación de la mente.
Hay quienes lo consideran un director con oficio, correcto y eficiente, pero que se rodea de artificios y sin brillo real. Es probable que algunos esperen un largometraje personal e intimista para reconocerle algún valor mayor. Tal vez las críticas olvidan sus primeros largometrajes (Following, 1998), en donde el presupuesto no era lo que abundaba, y sí el buen pulso del director. Nolan tiene un mérito adicional: participa y es responsable de las historias y el guion de todas sus películas.
Inception: el juego irreal de los sueños.


En nuestro caso, nos alegra que haya aportado cierta nivel a las películas del circuito comercial y sobre todo su gusto por contar historias en las que incluso la fantasía puede tener su lugar (una fantasía que, aunque suene contradictorio, es realista, pues se aleja de lo lúdico y se afirma en lo posible).
En una oferta en que todo tiende a lo convencional (por más efectos especiales y 3D que se usen), su presencia nos permite esperar una historia que capture nuestro interés. Tal vez sin que sean grandes obras maestras.
Nolan parece disfrutar el contarnos algo, parece disfrutar su labor de narrador. Como los magos en The Prestige (2006): solo busca descubrir en los ojos del espectador aquel instante en que la magia lo es todo. Tampoco hay por qué pedirle más.
A la espera de The Dark Knight Rises (2012), compartimos este nuevo tráiler.

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