lunes, 25 de junio de 2012

Pudo ser mejor: Prometheus

La dirección artística es lo mejor en Prometheus (2012).
Lo mejor de Prometheus (2012) de Ridley Scott es la puesta en escena. Un detalle (la dirección artística, el cuidado por la imagen y la ambientación) que ha sido reconocido en otras películas del mismo director.
Para nuestro gusto, esta característica y la escena inicial de la nave con un solitario David (el personaje interpretado por Michael Fassbender) nos hicieron esperar una gran historia. Por un momento pensamos en 2001: A Space Odyssey (1968) de Stanley Kubrick.


En Prometheus, la idea central es el viaje de un grupo de tripulantes en busca de una antigua civilización para hallar la respuesta al origen de la humanidad. Pero lo que debería ser un descubrimiento, un relato espacial más cercano a Odisea del Espacio, se transforma en una historia con vacíos y además con persecuciones, escenas y personajes que nos recuerdan a Alien (1979); por supuesto, con mejores efectos especiales.
Los primeros minutos generan expectativa.
Los personajes son planos, algunos solo decorativos y la carga dramática recae solo en uno: la científica Elizabeth Shaw (interpretada por Noomi Rapace). Los diálogos son superfluos y hay sucesos que los protagonistas asumen de forma muy rápida, casi sin sorpresa, y sin mayor sustento: la presencia de seres desconocidos que diezman la tripulación, el encuentro con uno de los llamados Ingenieros (la razón del viaje), la explicación de las naves y los seres alienígenos en el planeta.
La falta de un mayor desarrollo de los caracteres principales y el hecho de que la supuesta historia central (quiénes son los llamados Ingenieros o artífices de la raza humana) se resuelva con tanta simpleza impiden darle a la historia una mayor profundidad. Está bien simplificar, pero al hacerlo todo tan simple se queda en lo superfluo. Incluso lo que debería impresionar carece de efecto. Los personajes, con una sola frase, explican sucesos complejos sin más sustento que una simple deducción.

Solo imagen: la historia se simplifica demasiado
El personaje de David –el único de cierto desarrollo junto con el de Elizabeth– está lleno de detalles que solo quedan en lo superficial. La cámara nos acerca a cada gesto de Fassbender como para descubrirnos un interior que no se llega a dilucidar, mientras que sus actos o sus motivaciones –gravitantes en la historia– no se explican del todo.

Hay partes que son previsibles y el final abierto pretende ser ambicioso más por lo que se dice o se anuncia que por lo que se muestra. Aunque a los fanáticos de la saga seguro emocionará saber que Prometheus tendrá una segunda parte que podría estrenarse el 2014 o el 2015, esto no justica que se deje tantas interrogantes.
Sin duda la parte visual (y si a eso le sumamos el 3D) y la acción pueden dejar más que satisfecho al espectador. Pero aunque en un post anterior señalamos que lo mejor era "ir con la idea de pasar un buen rato y no pedirle más al buen Ridley", recogemos la idea central de varias críticas: no es que sea necesariamente una mala película; sin embargo, Prometheus se queda a la mitad de lo que pudo ser una gran película, y eso es lo que decepciona.
La parte dramática recae en Noomi Rapace .
La idea no dejaba de ser interesante y lo señalamos en un post anterior: tomar un elemento de Alien (1979) y hacer que la historia se bifurque para brindar a esta saga la posibilidad de adentrarse en el género de la ciencia ficción (con las cientos de miles de argumentos que brinda este tipo de literatura) y rescatarla de la decadente lista de secuelas de acción a partir de Aliens (1986).
Alien (1979) de Ridley Scott es un clásico de la ciencia ficción. No solo es la historia de un grupo de personajes cazados por un ser del espacio, es una gran película de suspenso, e incluso de terror, con una lograda ambientación (el planeta hostil, la olvidada nave alienígena y cada oscuro ducto por el que los tripulantes y el monstruo espacial se enfrentan). La sólida historia, el buen desarrollo de los personajes, la cuidada recreación de elementos de ciencia ficción (como las cápsulas de hibernación, la nave y el jinete espacial, el carguero que transporta a la teniente Ripley y compañía, los vehículos, la sórdida función del androide) son algunos de los valores que la separan de cualquier otra película con similar argumento (y abundan por cierto).
Los elementos de ciencia ficción son decorativos. 
Hay más de un paralelo entre Alien y Prometheus, pero esto no queda solo en los elementos y referencias obligadas entre ambas. Los personajes (sobre todo los dos más importantes) y la forma como se resuelven los hechos en Prometheus le restan originalidad. Puestos a comparar, y aunque en apariencia de argumento menos ambicioso, Alien (1979) es mejor película aunque carezca de toda la parafernalia visual y el 3D.
Lo reconocemos, queríamos deslumbrarnos con una extraordinaria historia de ciencia ficción (la literatura de este género abunda en relatos deslumbrantes en creatividad). Pero lo cierto es que estamos ante una película sencilla (por historia y desarrollo), aunque atractiva en lo visual. Simple y correcta si se desea, pero nada más.
Para quienes deseen saber más sobre el filme, dejamos algunos apuntes, pero debemos advertir que se mencionan partes de la película. De continuar es bajo riesgo propio, como los tripulantes que ingresan a una oscura y olvidada nave alienígena. 

Prometheus fue anunciada como una gran historia de ciencia ficción sobre el origen de la humanidad. Ridley Scott se apoyó en el éxito de Alien (1979) y la maquinaria publicitaria hizo el resto. Tal vez, de no haberse creado tanta expectativa, hubiese pasado como una película más del circuito comercial. El gran trabajo en la dirección artística y el diseño de producción se debe a Arthur Max, quien también hizo lo mismo en otras películas del mismo director como Gladiator (2000), Kingdom of Heaven (2005), American Gangster (2007) y Robin Hood (2010).
  • El personaje de Charlize Theron (Meredith Vickers) no tiene elaboración ni equilibrio. Un desperdicio porque es claro que es la sola presencia de la actriz lo que sostiene a un personaje sin mayor desarrollo.
Charlize Theron es un personaje más.

  • Si bien los efectos especiales son un gran aporte en lo visual, tanto el Ingeniero (un integrante de la raza alienígena que da vida a los seres humanos) como el gigantesco Alien se ven falsos, sobre todo cuando se enfrentan en la escena final.
  • Guy Pearce interpreta al anciano Peter Weyland. Es clara la intención de mostrar a un ser que ha extendido su vida todo lo posible, pero no es creíble. Se pudo elegir a un actor de más edad y maquillarlo solo lo necesario. El efecto tal vez hubiese sido mejor.
  • Uno de los tripulantes (personaje interpretado por Logan Marshall-Green) es sacrificado de forma dramática tras haber sido infectado por un parásito espacial. Pero luego y sin mayor explicación vuelve a la vida solo para eliminar a varios de los tripulantes. A estas alturas era claro el paralelo con Alien (1979), pero da la sensación de que se usó este recurso para evitar una mayor presencia del clásico xenomorfo (es decir, a un alien eliminando a la tripulación).   

    La historia del Jinete Espacial no es aprovechada y queda a la mitad.
  • David (Michael Fassbender) incuba un parásito en Charlie Holloway  (Logan Marshall-Green) con un propósito: reproducir a uno de los seres espaciales. Aun cuando sea un androide, ¿por qué? ¿Por su fascinación y curiosidad que no tienen freno al carecer de moral? ¿Por ser la personificación de la humanidad sin escrúpulos? Nunca da sus razones. Demasiados supuestos que el espectador debe asumir.
  • Elizabeth Shaw (interpretado por Noomi Rapace) parece descubrir que David es el culpable de la infección de Charlie, pero no ocurre nada al respecto. ¿Por qué se da a entender eso si luego los hechos se desencadenan hacia otra dirección? ¿Habrá que esperar la segunda parte, de aquí a dos o tres años, para saberlo? Nos parece demasiado.
  • El resto de la tripulación aparece para cumplir su rol: morir a manos de uno de los aliens (hay para todos los gustos) o realizar alguna acción para justificar una serie de sucesos. 
Los personajes son eliminados como en Alien (1979).
  • En los minutos finales de la película, Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) tiene un alienígeno en el cuerpo, pero es claro el deseo de David de mantenerlo con vida. Elizabeth se deshace del ser en una escena dramática tras huir de David y los tripulantes que la iban a operar. Luego se reintegra al grupo para la expedición final y ¡no se hace referencia alguna a su escape, nadie parece darse por enterado ni ella al hecho de que acaba de retirar un ser espacial de su cuerpo!
  • Por más solemnidad que se quiso dar a la escena, el parentesco entre Meredith y el anciano Peter es tan previsible que no sorprende y queda como un hecho más cuando se da a conocer.
Shaw hace las veces de Ripley.
  • Por un lado, Ridley Scott parece querer alejarse de Alien (1979) al convertir a los recordados monstruos alienígenos solo en un elemento más, pero a riesgo de restar dramatismo, pues los protagonistas asumen la presencia de estos seres con facilidad. Sin embargo, la escena final, con el xenomorfo (o alien si lo prefieren) que surge del cuerpo del Ingeniero es una clara referencia a la película de los setenta.
  • Es claro el deseo de enlazar ambos filmes, pero Prometheus, que debía centrarse más en la ciencia ficción, termina por ser la “otra versión de Alien”. Con un mejor inicio, mejores efectos, más simplificada, pero al final con un xenomorfo tras la única sobreviviente.
  • El paralelo es imposible de obviar. Luego de los primeros minutos y tras la emoción que puede generar el interior de la nave alienígena, los siguientes sucesos se acercan cada vez más a Alien (1979). Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) cumple la función de Ripley (Sigourney Weaver), mientras que David (Michael Fassbender) es una versión refinada y en apariencia más compleja de Ash (Ian Holm).

No hay comentarios:

Publicar un comentario