martes, 27 de diciembre de 2011

Lo que no sabía

A veces me veo atrapado en antiguas melodías, en sueños que no fueron, en voces de otros días. Por alguna razón me descubro en la tristeza de mirar el pasado, en extrañar lo que en su momento, aún viviéndolo, parecía ya perdido. Tal vez para recordar aquella época que no supe vivir. O tal vez, simplemente, por ella.  

Aún sueño con un rostro adolescente en un día de verano. En una noche en que extasiado, trataba de espiar la madurez que ya reflejaba su mirada. 
Me hubiese gustado que alguien me dijera que el amor es la gran oportunidad para ser feliz, que el dolor de la partida deja en algun instante de serlo y que, si lo deseas, nada está perdido.

No hubo voz sabia que me animara a no desfallecer, pues si era ella el gran amor de mi vida, de una u otra forma, la volvería a encontrar.


Lo cierto es que cada rostro, cada sonrisa, cada gesto que descubrí después, pertenecían a ella. Y en cada ocasión, en cada diferente hallazgo, la volví a perder.
El amor es un sueño, el más hermoso de todos. Somos un instante, un trágico accidente, pero la ilusión del amor es un bello regalo. Dondequiera que esté.

Ahora, tarde ya, lo sé. 


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