sábado, 3 de diciembre de 2011

El silencio y el grito


3:12 am. Por alguna razón pienso en El país del silencio y la oscuridad (1971) de Werner Herzog. ¿Qué haces en medio de la madrugada cuando la mente ya no genera ideas pero aun así eres consciente de ti mismo? Pienso al menos que eso es un lujo. Un instante para existir. Lejos del ruido de la calle, de la agobiante o feliz rutina (según cada quién). Otra noche, otra madrugada, otro día. No es bueno a veces pensar mucho; pero no hacerlo tampoco es lo mejor.

Al menos es grata la falsa sensación de que el tiempo se detiene, de que tus miedos y temores no se volverán una realidad, o que la felicidad puede esperar un instante.

Si has llegado hasta aquí y aun deseas seguir leyendo es que probablemente, donde estés, también sean las 3:12 a.m. Y el silencio, que nunca lo es del todo, te rodea.

De todo lo dicho, lo único relevante: El país del silencio y la oscuridad (1971) de Werner Herzog. Si averiguas de qué se trata, habrá una odisea que podrás contar, desde el momento en que leíste el título en un blog extraño hasta que, con tus propios ojos, lograste entender y contemplar lo que Herzog hizo en esa pequeña obra. Pienso ahora en El Grito de Much (1863-1944). Hora de partir.

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