sábado, 8 de septiembre de 2012

Por si has perdido el romanticismo

Fred y Ginger. Cuando el romance era perfecto. 
Somos producto de nuestro entorno, nos guste o no, parte de nuestros conocimientos y actitudes nos vienen y van de los medios. Los estándares, los modelos a seguir, las formas de entender la vida, lo que anhelamos y lo que entendemos por felicidad. 

La rutina y el diario vivir nos convierten a veces en una sombra de lo que pudimos ser o de lo que deseamos ser. Para nosotros y para nuestros seres amados.

¿A qué viene todo esto? A que hace poco le comenté a mi buen amigo Blue Citizen que para musicales había tenido suficiente con Chicago (2002) y Hairspray (2007), por no mencionar otras cintas en donde abundan  jóvenes de pasarela y actitud rebelde que en general no me dejaban nada. 

El tiempo pasa y uno olvida. Pero, por suerte, la tecnología, que a veces nos deshumaniza, también nos puede devolver mejores recuerdos. Y tal vez este video te pueda regresar a tiempos mejores.

Depende de cómo lo veas. Por mi parte, desearía bailar con ella así como Fred Astaire lo hace con Ginger Rogers. ¿Qué más bella forma de decirle cuánto la amas?

Por cierto, la película es Swing Time (1936). 





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