miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ellas también sabían tocar

Tentadora. Cherie Currie en la plenitud adolescente. 
Podrán decir que fue un capricho adolescente, una chirriante versión de aquellos setenta desenfrenados. Que solo en giras por Europa (adoradora de lolitas pop como Lio y Alizée) y Japón (siempre tan curioso en sus gustos) lograron el éxito, mientras que en Norteamérica no se les tomó del todo en serio a pesar de subirse a la ola punk y ser teloneras de Cheap Trick, Tom Petty y The Ramones. Tal vez porque siempre había algo de escozor cuando Cherie Currie movía las demasiado jóvenes caderas.

The Runaways  es este tipo de curiosidad que sobrevive gracias a la tecnología actual. Alguien se acuerda del grupo, otro ve que tenía potencial comercial y luego, para dar forma a la idea, se hace la película (The Runaways, 2010) que terminará por cerrar el círculo y llevarlas otra vez al olvido.

Joan Jett y Lita Ford sobrevivieron al estridente grupo.
Pero Cherie Currie (vocalista), Joan Jett (guitarra), Lita Ford (guitarra), Jackie Fox (bajo) y Sandy West (batería), en toda aquella superficialidad de réplica y pose, algo de naturalidad tuvieron. 

En todo caso, ellas cantaban y tocaban. Y eso ya es un mérito con tanto artista prefabricado. Claro, ellas a su manera también lo fueron; pero respiraban, comían y bebían algo de verdad: la música. En su estilo, pero lo hacían. Y solo tenían en promedio 17 años. 

El grupo cambió de integrantes un par de ocasiones, incluso desde sus inicios, y tras cuatro años se disolvió. Lita Ford y sobre todo Joan Jett demostraron que tenían más que dar.  Cherie desapareció cuando tras esa imagen adolescente y rebelde descubrió que  no había nada.

Con ustedes, The Runaways.








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