lunes, 3 de marzo de 2014

47 Ronin: cuando el tráiler engaña

"47 Ronin" no tiene la aventura y acción que prometía. Es solo regular.
“47 Ronin” (2013) es una cinta solo regular. Keanu Reeves es Kai, un misterioso personaje acogido en su niñez por Asano (Min Tanaka), señor feudal que será víctima de una traición a manos de un rival, Kira (Tadanobu Asano), y de una bruja (Rinko Kikuch). Kai se unirá a Kuranosuke Ôishi (Hiroyuki Sanada) y un grupo de samuráis en busca de vengar la muerte de Asano. Esa es la historia central de la trama, a la que se suma de manera tangencial el vínculo romántico entre Kai y Mika (Ko Shibasaki), la hija de Asano.

La dirección artística aporta lo suyo, pero el guion no ayuda. 
El uso de referentes del cine de samuráis (con sus códigos de honor, intrigas entre señores feudales, batallas y escenas con espadas) y elementos del cine fantástico (brujas y seres mágicos) le daba a esta película un potencial interesante. La puesta en escena permitía además refrescar el género de aventuras y de acción plagado hoy de bárbaros, guerreros antiguos, del medioevo y de la mitología griega.

El director Carl Rinsch desaprovecha el potencial visual.
Sin embargo, conforme avanzan los minutos estas posibilidades se reducen a su mínima expresión. El paso del Kai joven al adulto se da de inmediato, al igual que los intereses y motivaciones de los personajes. Una vez lanzado el grupo de los 47 ronin (samuráis sin un Daimyo o señor al cual servir) en busca del honor perdido, no hay mayor espectacularidad ni aventura. A nuestro gusto, solo ocurre un enfrentamiento de espadas relevante, mientras que el resto de la acción es poco original. La escena final pretende dar a la cinta un toque épico que nunca logra alcanzar por méritos propios.

Personajes e historia se simplifican al máximo.
Otro aspecto es el desarrollo de la trama. Si retiramos al personaje de Kai y los elementos fantásticos, bien podríamos estar frente a una cinta japonesa por historia y por el tratamiento dramático. Y aunque estos elementos salvan un poco el conjunto, el guion no busca un mayor desarrollo narrativo ni de los personajes.

El motivo amoroso es solo un detalle.
A pesar de tener muchos más recursos, “47 Ronin” está lejos de cintas de presupuestos más modestos pero mejor logradas como “Azumi” (2003) y “Azumi 2: Death or Love” (2005). Tampoco logra usar los elementos del género a su favor como lo hace “El camino del guerrero” (The Warrior's Way, 2010). Menos aún tiene la vertiginosa acción de “Ninja Assassin” (2009). Bunraku (2010), con su estética arriesgada y su mundo de fantasía, tiene más enfrentamientos con espadas samuráis (el personaje de Killer No. 2 interpretado por Kevin McKidd es un buen ejemplo). Todas estas películas son también cintas de acción con elementos de la tradición japonesa. 

La cita tampoco explota el lado fantástico como se esperaba.
Con relación al lado fantástico, no hay mayor novedad ni una apuesta atrevida como por ejemplo la de Zack Snyder en “300” (2006). Y señalamos esto porque la promoción y el tráiler de la cinta hacían esperar una película de acción con una fuerte carga fantástica. Incluso las imágenes en afiches y material publicitario colocan a un personaje que apenas sale unos segundos. La historia de los 47 ronin ha sido motivo de varias películas en el cine japonés y “47 Ronin” parece atrapada entre su aparente homenaje a dicha tradición y sus limitaciones como cinta comercial, en la que su debutante director Carl Rinsch no aporta mayor originalidad.

Personajes eliminados o que salen un par de segundos.
Un par de datos : En su filmación, “47 Ronin” sufrió varios cambios de guión y de edición, lo que implicó la eliminación de personajes que tenían cierta relevancia. Es probable que esto le haya restado matices y variedad; o acaso la haya salvado de un resultado menos favorecedor. 

Cinta menor y de poco vuelo, aunque costó US$ 175 millones.
Además, la película costó cerca de US$ 175 millones, una cifra que parece excesiva para un resultado fílmico tan modesto. Si hablamos de cintas de acción y fantasía “300” (2006) costó US$ 65 millones, “Furia de Titanes 2" (Wrath of the Titans, 2012) cerca de US$ 150 millones; las recién estrenadas “Pompeya” (2014) y “Hércules” (The Legend of Hercules, 2014) cien y 70 millones, respectivamente. 

“47 Ronin” pudo ser mejor contada, pero termina siendo una película menor por historia, desarrollo y propuesta visual.







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