viernes, 14 de diciembre de 2012

El Hobbit: una grata y feliz sorpresa

El Hobbit es una cinta para disfrutar más de una vez.
El Hobbit: Un viaje inesperado es para verla más de una vez. No hay más que decir al respecto. Es una cinta para dejarse llevar nuevamente por la fantasía de la Tierra Media de Tolkien. Simplemente tienes que disfrutar esta película como lo hiciste con la primera: La comunidad del anillo (2001). Y es que en cierta forma comparten similitudes narrativas, pero El Hobbit es superior visualmente; tal vez más ligera, pero a cambio más acertada en conjunto.

¿Qué hizo que nuestros reparos puestos en un anterior post cambiaran? A pesar de todo lo que señalamos (que no deja de ser cierto), es una película con una buena historia. Y esa es la clave. Una historia simple, pero honesta consigo misma, en donde los efectos especiales aportan mucho, pero a diferencia de todas las películas que han repetido el estilo de la saga de El señor de los anillos, aquí todo lo artificioso o excesivo tiene como fin contarnos la aventura de Bilbo Baggins, Gandalf y los enanos. Así de sencillo pero importante. Hay que reconocer que Peter Jackson es un real admirador de la obra de Tolkien. A pesar de todo el interés comercial que llevó a dividir la historia de Bilbo en tres películas, la esencia de la obra del escritor inglés está allí. Y ese es su mayor valor.

Los personajes, la acción, los efectos especiales están al servicio de la historia.

Lo mejor está en las escenas basadas literalmente en la novela, pero esta vez Jackson ha logrado que aquellas de su libre inspiración, aunque en algunos casos algo ingenuas, no desentonen. Si bien por momentos el relato puede carecer de intensidad, abunda en detalles que aportan calidez y que se detienen en los personajes. A su vez, las escenas de acción, al igual que las de paisajes y las tomas del largo peregrinaje, están al servicio de la historia y no solo puestas para llenarnos los ojos. Donde otros insisten en colocarlas como parte de una fórmula sin vida y repetitiva, Jackson sabe usarlas como parte del relato.

Regresa Gandalf mejor que nunca.
Los efectos especiales son muy superiores a la trilogía anterior y los colores, la composición de cada escena muestran el cuidado que se ha puesto. El Hobbit es para disfrutarla en 3D, pero la versión normal también muestra una calidad superior a otras cintas. Es un placer visual para el ojo atento (al contrario, se dice que la versión a 48 fotogramas marea y distrae por la nitidez de tantos elementos, por lo que tal vez sea un formato que se aprecie más en una pantalla de TV).

Martin Freeman hace una gran labor como Bilbo Baggins: da vida a un personaje lleno de matices y emotivo, lan McKellen es el Gandalf que siempre apreciamos y Richard Armitage, como Thorin Escudo de Roble, nos regala una nueva figura heroica en esta saga fílmica. Gollum es mucho más real gracias a los efectos especiales y el encuentro con Bilbo es de las mejores escenas de la película. El resto del reparto tampoco desentona.

Las escenas de acción están al servicio de la historia.
Hay un aspecto interesante desde el punto de vista narrativo: El Hobbit complementa y cubre los vacíos de la saga de El señor de los anillos; es más, la enriquece y permite su valoración a partir de lo que vemos. A la vez, El Hobbit genera una empatía inmediata en quienes vimos la primera trilogía y permite una doble lectura, pues sabemos lo que vendrá después con la Comunidad del Anillo. Es una experiencia singular y extraordinaria.

Aun más: junto con el relato central de El Hobbit se empieza a hilvanar la aventura que ya todos conocemos: la de Frodo. Se sabe que la trilogía de El Hobbit incluirá hechos relacionados con El señor de los anillos, por lo que estamos hablando de una saga monumental: seis películas que contarán dos historias diferentes (la aventura de Bilbo y la aventura de Frodo), pero a la vez enlazadas por elementos visuales, estéticos y narrativos (personajes, historias y sucesos encadenados). Serán al final, todas juntas, una sola y gran historia.

Gollum en una de las mejores escenas.
Incluso nos atrevemos a decir que si Jackson mantiene el nivel de El Hobbit en las dos secuelas que faltan, es posible que esta trilogía sea superior a la de El señor de los anillos, por más que la historia de Frodo y compañía sea un relato más épico, rico y denso.

Olvídate de las críticas en contra, de los reparos que muchos han señalado o las observaciones que colocamos. La obra de Tolkien apelaba a lo mejor de nosotros y era un mensaje lleno de esperanza. El Hobbit: Un viaje inesperado alberga ese mismo sentimiento y nos regala la emoción y la magia de las grandes historias. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario