lunes, 27 de abril de 2015

Una película con corazón. Algunos apuntes sobre el guion de ¡Asu Mare! 2.

¿Qué no se ha dicho ya de ¡Asu Mare! 2? En realidad, creo que varias cosas faltan por decirse. Para empezar, su singularidad: se trata de una película autobiográfica en tono de comedia con pretensiones comerciales, dirigida a un mercado que le suele dar la espalda a su propio cine y basada en la popularidad de un personaje que dejó la televisión (el medio por excelencia para ser famoso en este país) hace varios años.


Un gran reto que, conocidos los números de la taquilla, se ha superado muy por encima de todas las expectativas. Es en este momento en que saltan las alarmas de los críticos y “críticos” de cine, y todos empezamos a opinar con buena o mala leche, hay de todo.


Se pueden resumir todas estas críticas más o menos así: que la realización cinematográfica está impecable, pero el lenguaje cinematográfico deja mucho que desear; que la dirección de arte es perfecta, pero la puesta en escena resulta inexpresiva; que el casting está de lujo, pero las actuaciones resultan muy poco creíbles. ¿Qué ha pasado entonces para que tanto talento y muchos recursos acaben consiguiendo una película a la que podríamos definir como “incompleta”? Si hasta los más fanáticos de Cachín terminan diciendo que se rieron mucho pero que la historia es un poco simple. Yo creo que esto último es lo que nos da la pista: lo que no ha permitido que la película sea todo lo que pudo haber sido es el guion.


Hacer un guion no se trata solamente de escribir los diálogos e indicar en dónde ocurre cada escena. En el guion se establecen las intenciones de los personajes, las que se pueden decir y las que deben callar, se describen palabras, silencios y miradas. En un guion se cuenta la transformación del protagonista, a lo largo de la película, pero también a lo largo de cada escena. Se busca qué texto (lo que se ve) va a cubrir el subtexto (lo que no se ve).


El guion clásico. La película sigue la estructura clásica de guion, de libro, con los puntos de giro en los lugares que corresponden. No estoy de acuerdo cuando se dice que la película es una serie de sketches y gags uno tras otro y sin una historia que contar. Claro que hay una historia, el problema es su predictibilidad, es tan fácil adivinar lo que sigue en la historia que el público no le toma interés y se olvida de ella, y solo se queda con una serie de episodios graciosos que efectivamente pareciera que vienen uno tras otro en una línea recta. Esto es más grave cuando lo que se quiere contar es una comedia de confusiones, donde lo inesperado y la articulación compleja de es lo más valioso.


El protagonista. Otro concepto básico del guion es la construcción de personajes arquetípicos en contraposición de los estereotipos, los primeros son definiciones abstractas del rol del personaje en la historia, los otros son una serie de características concretas y visibles de los personajes en determinado rol. Los arquetipos nos dan una infinidad de posibilidades para construir un personaje, los estereotipos limitan a los personajes y anulan su desarrollo. En esta película, el protagonista no es solamente un estereotipo, es un personaje más concreto aún, es Carlos Alcántara, y la empatía con el personaje que representa en la película depende únicamente de la empatía que el espectador tenga con él. En este sentido el personaje estuvo mucho mejor desarrollado en la película anterior, perdiendo en esta segunda parte la posibilidad de enriquecerlo.


El antagonista. No consigo entender a este personaje, a veces es un antagonista tonto y otras veces es un antagonista hábil. Al parecer lo vuelven tonto para poder hacer los chistes y lo vuelven hábil para que la historia avance, quitándole credibilidad al personaje. Una tarea particularmente difícil considerando que al mismo tiempo se jugaba con elementos del actor en la vida real.


Es una película localista. He leído que algunos dicen que unos de los grandes problemas de esta película es lo localista de su tema. Lo peruana que puede ser esta película es una falsa desventaja, pues mientras más localista es una película más universal se vuelve. Lo local de una película nunca es un problema, y esto se puede ver desde en el cine más independiente y de autor hasta en el cine más comercial. Claudia Llosa supo en sus dos primeras películas crear historias que solo podían ocurrir en el Perú y ambas lograron trascender internacionalmente. Películas buenísimas como “Monsoon Wedding” (India) o “Nadie sabe de gatos persa” (Irán) son extremadamente localistas, y han circulado por el mundo entero. En Estados Unidos las ciudades dan incentivos para que sus calles y lugares sean utilizados en las películas, porque saben que a través de ellas darán a conocer su ciudad al mundo, con todos los beneficios que eso trae, creando un círculo virtuoso en donde el cine (entre otras formas de expresión) alimenta la imagen de una ciudad de la que luego el mismo cine puede tomar como marco. El problema en “¡Asu mare!”, más evidente en “¡Asu mare! 2”, es que todo el peso de la película se pone en esas referencias localistas, sólo sirven para reírse de ellas, no se utilizan para conocer a los personajes ni para mover la historia.


Los conflictos y el subtexto. Hay varias escenas en las que las intenciones de los personajes son obvias (haciendo que la secuencia sea poco interesante), hay otras en donde los personajes no tienen intenciones que estén relacionadas con la historia (haciendo que la secuencia sea irrelevante), éstas últimas ocurren en varias escenas que lo que buscan es ser graciosas, está claro, pero se debió buscar la manera de mantener el chiste y avanzar con la historia al mismo tiempo (en algunas secuencias si consiguen esto). Y también hay escenas en donde las intenciones de los personajes son poco claras, y en cuanto a esto último me llamó la atención la escena en la comisaría. La escalada de sucesos llega a un clímax en el momento en que Cachín dice en la comisaría que se quedará con su amigo porque la familia y los amigos son más importantes que tu enamorada, pero este momento tan importante en la historia se debilita por dos razones: 1) es algo que ya lo dice en la escena anterior en casa de Emilia (en un corte a la celda, que por cierto funciona muy bien). 2) el personaje de Emilia no establece una posición firme contra la que Cachin reaccione y así cobre importancia su decisión de quedarse con su amigo, sólo le sugiere que deje al amigo, no lo obliga.


Los coros. Tal vez lo mejor logrado en la película sean los coros: los amigos que acompañan al protagonista y el compañero del antagonista. Algunos mejor desarrollado que otros, son personajes que podrían haber sido una serie de clichés que felizmente han podido evitar con mucha originalidad.


Una película con corazón. Luego de todo lo dicho, algo que no se puede negar en esta película, y en su predecesora, es que tienen corazón. Yo lo noto en lo detallista que puede llegar a ser la película en muchas secuencias, lo veo en las partes mejor logradas de la película, pero donde más lo aprecio es en las fallas, en las imperfecciones que te hacen ver que algo está vivo. Creo que como público, debemos aprovechar que nuestro cine más comercial está en esta etapa en donde todavía se le puede ver el corazón, antes que se convierta en una industria desalmada que nos vende historias perfectas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario