miércoles, 1 de abril de 2015

Profundo Carmesí de Arturo Ripstein


foto portadaSiempre se puede caer más bajo, siempre puedes hundirte más en el fondo. Profundo carmesí es la historia de dos vidas que no hacen más que resquebrajarse, tal como el espejo en el que se refleja la protagonista al inicio de la película, y cuanto más cerca de la felicidad creen estar, más cerca de desmoronarse están. Coral, madre soltera de dos pequeños hijos, es una mujer insegura y necesitada de cariño, y conoce a Nicolás a través de un anuncio que encuentra en una revista.
Nicolás es un tipo que se gana la vida conquistando mujeres y sacando el mayor provecho monetario de aquello, le ayuda su inventado acento español, la frustración diaria de sus víctimas y una peluca que cuida como a una piedra preciosa.
Coral se obsesiona con Nicolás y su silueta de actor de cine, y deja todo para proponerle vivir juntos y colaborar en su empresa de galán de señoras adineradas y distraídas. Nicolás termina aceptándola, enamorándose de ella y de su obsesión por él.

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Así, esta pareja se embarca en una serie de encuentros con mujeres de toda clase en busca de encuentros de todo tipo, pero las inseguridades de Nicolás y Coral hacen que ambos vayan perdiendo el control de la situación, de modo que cada encuentro termina significando la muerte de la ocasional cita, situación que no puede terminar de una buena manera.
Tanto Coral como Nicolás son personajes de moral trastocada, inseguros e incompletos, que a la mitad de sus vidas se encuentran para necesitarse y sentirse necesitados, y quienes los rodean son sólo instrumentos para obtener un beneficio o estorbos para sus objetivos. Atención a la música de la película, que nos describe la relación de la pareja hasta su mismísimo final.
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Este texto apareció también en la Revista Digital de Cine Sala1 (revistasala1.com).

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