martes, 14 de mayo de 2013

Iron Man 3: Tony Stark después de Avengers


Iron Man 3 da inicio a la llamada Fase 2 de la Marvel Studios. La Fase 1 dio inicio con Iron Man (2008) y concluyó con The Avengers (2012), la que es hasta el momento la película de super hérores más exitosa que se haya hecho.

Sobre Iron Man 3 se había dicho ya demasiado, habían muchos rumores circulando sobre su conexión con el resto de títulos de la mencionada Fase 2 y sobre el futuro de sus personajes. Es claro que esos rumores aumentan el interés de cierto número de seguidores pero también llegan a cansar a otro sector (nosotros estábamos en el segundo grupo).

Pues bien, es saludable comentar que casi todos los rumores resultaron ser falsos.

En sí misma la película nos ha parecido mejor que la segunda entrega pero no podemos afirmar lo mismo con respecto a la primera. El guión ha sido más cuidado que en el caso de la segunda película, los efectos especiales están muy bien logrados, además cuenta con una versión en 3D que en verdad puede disfrutarse. Es realmente una película entretenida.

Una de las principales preocupaciones de esta tercera entrega es mostrar a Tony Stark
(Robert Downey Jr.) como un héroe por sí mismo, es decir mostrarlo como un héroe con o sin la armadura. Es así que se recurren a giros argumentales como una armadura que falla y un  ejército de las mismas que son  capaces de actuar solas aunque siempre bajo el control de Stark. El aspecto empresarial del personaje es dejado de lado, de hecho sólo vemos a Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) ejerciendo labores dentro de la empresa. 

La base del guión está en el arco argumental Extremis del guionista Warren Ellis y el dibujante Adi Granov (tocaremos este tema en un próximo post) del cual toma uno de sus elementos principales, una droga que logra que los humanos se transformen en una especie de super hombres. A esto se agrega la aparición de la organización científica (y criminal) llamada Ideas Mecánicas Avanzadas, AIM por sus siglas en inglés (Advanced Idea Mechanics), cuya presencia en los cómics de Marvel ha sido bastante importante.

Como siempre, Robert Downey Jr. está sencillamente genial en su papel y a estas alturas se hace cada vez más difícil imaginar a otro actor para este personaje.

Las críticas más devastadoras de parte de los seguidores del personaje han sido dadas al tratamiento de los villanos, sobre todo al villano conocido como El Mandarín. En este sentido, creemos que Guy Pearce que interpreta al villano Aldrich Killian, hace un buen papel construyendo a un industrial frío y manipulador, mucho mejor logrado que el Justin Hammer (Sam Rockwell) de Iron Man 2. En cuanto a El Mandarín, interpretado por Ben Kingsley su tratamiento es poco menos que controversial pero sólo para los fanáticos más antiguos del personaje.

En los cómics El Mandarín se presenta como el principal enemigo de Iron Man, sin embargo,  salvo por su aparición en el número 500 de la serie (2011), su participación en los cómics en los últimos años es casi nula. De hecho, los nuevos seguidores del personaje (sobre todo los que surgieron después de las películas) no conocen a este enemigo, y menos aún es conocido por el público que sigue al personaje únicamente en las películas. Es por ello que sólo un fanático de los cómics se verá afectado por el tratamiento del personaje.

Algo que nos sigue pareciendo flojo es el tratamiento que se le da al personaje de James Rhodes, War Machine o Iron Patriot (en esta entrega), interpretado por Don Cheadle, parece que no se consiguiera darle un lugar en la producción, si bien se le presenta como el compañero de Iron Man, su participación no deja de ser casi anecdótica.

Un personaje que pareciera estar ahí más como relleno, es Maya Hansen (Rebecca Hall), la científica que idea el Extremis. Mucho más protagonismo tiene el niño que ayuda a Tony Stark, Harley Keener (Ty Simpkins) al que incluso pensamos que se le da demasiado tiempo en pantalla.

Uno de los grandes errores de la cinta es la casi nula relación que se hace con los eventos
ocurridos en The Avengers, en los que Tony Stark tiene una participación vital. Los hechos se mencionan únicamente en un par de escenas de la película y se hace referencia a dicho conflicto como la razón de la ansiedad que sufre Tony Stark, pero todo queda ahí, no hay más relación con The Avengers. Eso sí, hay una escena final que sí tiene relación, pero que más es llevada al humor.

En resumen, Iron Man 3 es una película entretenida pero que puede resultar decepcionante para los fanáticos del cómic del personaje. Es una película para disfrutar de ella sin buscar más allá de lo que nos ofrece, que sin ser un mal producto, no llega a cubrir todas las expectativas que se generaron, sobre todo considerando que es la película más próxima a The Avengers.


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