miércoles, 6 de febrero de 2013

Hansel & Gretel: que venga la segunda parte

Una cinta básica pero que cumple su cometido: entretener.
Hansel & Gretel: Witch Hunters (2013) ya está en nuestra cartelera y es una cinta que solo aspira a una cosa: entretener. Y lo logra. El argumento es de lo más simple: los pequeños niños del cuento de los hermanos Grimm se gradúan de cazadores de brujas tras eliminar a aquella de la casa de golosinas. De allí en adelante irán de un lado a otro para acabar con cuanta bruja se les presente. 

La cinta es una seguidilla de secuencias de acción de fórmula, explosiones, mutilaciones y sangre (aunque más efectistas que horrorosas). Todo en un estilo desenfadado que se refleja en los diálogos y las interpretaciones de Jeremy Renner (Hansel) y Gemma Arterton (Gretel). Aquí no hay grandes actuaciones, incluso Renner es más acción que expresividad, y es Arterton la que luce más natural cuando deja de poner mirada de justiciera.
Explosiones y escenas de acción de fórmula pero ideales para 3D. 
Tommy Wirkola (Zombis nazis, 2009), el director, cumple el encargo sin mayor aspiración, pues el guion no le permite mucho. Las brujas no tienen nada de originales, lucen a veces falsas en su maquillaje, pero eso va con el tono simple de la película que incluso tiene un pequeño desnudo, fugaz, intrascendente y gratuito (ojo, es para mayores de 14 años) tan propio de las cintas de zombis y vampiros. Eso sí, Wirkola apela al 3D para de vez en cuando lanzar cuchillas, objetos llameantes y hasta charcos de sangre directo al espectador. 

Pero insistimos, todo es tan artificial que antes que horrorizar es divertido; claro, para quienes gustamos de este tipo de películas. Lo dijimos en un post anterior, Hansel y Gretel superhéroes: si podíamos esperar algo de esta cinta era pasar un buen rato. Y eso es suficiente. En cuanto a los actores centrales, Renner ha interpretado a un superhéroe (Hawkeye en The Avengers) y Artenton a una diosa (Io en Clash of the Titans). Así que saben cuál es su función.

Peter Stormare en un papel secundario. El guion no pide más.
Que es una película comercial, claro que sí. Qué la historia es de lo más sencilla y convencional, por supuesto. Que los efectos son algo baratos, ¿qué más da? Eso sí, la secuencia animada del inicio es divertida y hasta tenebrosa. Los actores secundarios –típicos del género– se desperdician, sobre todo Peter Stormare (Constantine); las peleas se limitan al bosque y la aldea; el enfrentamiento con el grupo de brujas pudo ser más espectacular y el encuentro final también. Famke Janssen (X-Men, Taken), la malvada bruja principal, es tan simple como la predecible trama, pero en el caso de Janssen no esperamos mucho luego de verla en Taken 2 (2012).

La bruja (Janssen), otro personaje acartonado.
Hansel & Gretel bien pudo apelar al recurso narrativo de películas como Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010), en donde un grupo de valientes (a veces no tanto) va al encuentro de algún terrible rival: en el trayecto se desarrolla la trama, se conoce a los personajes, aparecen diferentes malvados a los que hay que vencer y, claro, se ve caer uno a uno a los personajes secundarios. Pero no importa, todo ello puede ser motivo para una segunda entrega.

Esta es una película que se disfruta con los clásicos lentes en 3D y la porción de canchita (popcorn o palomitas de maíz) al lado. Como siempre decimos, el cine de diversión, el que solo busca entretener es tan valioso como cualquier otro. Lo que nos disgusta es cuando una película pretende venderse como algo que no es. Hansel & Gretel es una cinta muy sencilla que nos agradó a pesar de todos los reparos que podemos hallarle. Y que venga la segunda parte.



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