miércoles, 4 de junio de 2014

X-Men: el pasado tal vez fue mejor

Regresan los X-Men en una cinta aceptable pero con mayores recursos visuales. 

Con 92% de críticas positivas en Rotten Tomatoes (www.rottentomatoes.com) y el favor de un público ávido de cintas de superhéroes, tal vez sea atrevido señalar que X-Men: Days of future past (2014) de Bryan Singer es correcta en dirección, algo irregular en su desarrollo, pero nada del otro mundo. Suena a poco, pero es lo que podemos decir. 

No es una cinta espectacular ni novedosa pero entretiene.
Hay quienes celebran la trama, la intensidad dramática, el regreso de Singer a una franquicia que muchos consideran nunca debió dejar. Es cierto que la cinta se enlaza con X-Men: First Class (2011) y con toda la saga (X-Men, X-Men 2 y X-Men: The Last Stand), además tiene un final que permite el reinicio de la franquicia. Pero es probable que X-Men (2000) y X-Men 2 (2003) más simples en historia y modestas visualmente sean superiores, sobre todo la segunda parte. Eso sí, "X-Men: Days of future past" pretende ser más ambiciosa.

La acción en el futuro es efectista y poco original.
Puestos a comparar, X-Men: Days of future past está más cerca de X-Men: First Class que de X-Men y X-Men 2. La historia está por encima del lucimiento de los protagonistas, salvo en el caso de Quicksilver (Evan Peters): la secuencia del rescate es lo más entretenido de toda la cinta. Además, la película une ambos repartos, explota la confrontación entre Charles Xavier (James McAvoy) y Magneto (Michael Fassbender) iniciada en X-Men: First Class, y retoma detalles como el estilo de pelea de Mystique (Jennifer Lawrence) vistos desde X-Men.

A Bryan Singer le basta con sus recursos como director y una historia aceptable para superar mamotretos como Iron Man 3 (2013) y Thor: The Dark World (2013). Tal vez el mayor mérito es que a pesar de las varias cintas y el cambio de directores, los protagonistas mantienen su esencia y sus motivaciones. Además, Singer es un buen director de actores, cuida la caracterización de sus personajes, los mima, tomo su tiempo para recrearlos e incluso los celebra.

Quicksilver en acción: la mejor secuencia de toda la cinta. 
¿Dónde están los reparos? No estamos ante una gran historia ni ante una película espectacular. El juego con los saltos de tiempo permite generar tensión y dramatismo, sobre todo en los últimos minutos; pero hay algo de acartonado y poco original en la puesta en escena (del futuro).

La trama central se desarrolla en el pasado con los protagonistas de X-Men: First Class y teniendo a Wolverine como nexo con la saga original. Son las escenas del pasado las de mayor interés; mientras que el futuro luce poco convincente: los enfrentamientos entre mutantes y centinelas, y la inclusión de personajes como Bishop, Warpath, Blink o Coloso están allí solo para emocionar a los fans y justificar un poco más de acción.

No veremos a los X-Men en todo su poder y esplendor: lo que se tiene es una historia menor, una de tantas, esmerada eso sí en unir elementos de toda la saga. Sin duda, para los fans y seguidores acérrimos de X-Men, todos ello incrementa el valor de este largometraje.

Los caracteres del futuro son flojos y sin mayor complejidad.
El inicio de la cinta nos habla de una gran hecatombe entre mutantes, seres humanos y centinelas. Numerosas películas de acción y fantasía replican el mismo recurso: hacen referencia a grandes hechos y sucesos trascendentales en los primeros minutos, solo para decirnos que, lo que viene, es una historia menor.

Singer prefiere la interacción y la tensión de los personajes. Pero si de acción se trata, tal vez lo mejor es la pelea de Wolverine y Lady Deathstrikela (Kelly Hu) en X-Men 2. En X-Men: Days of future past la espectacularidad se plasma en escenas estilizadas en cámara lenta antes que en vertiginosas secuencias o imágenes imponentes.

Mystique se convierte en uno de los personajes centrales.
Lo que viene es X-Men: Apocalypse (2016) y con ello la promesa de una cinta que finalmente mostrará a los X-Men en todo su poder. La pregunta es si realmente los X-Men podrán librarse del estilo contenido que hasta ahora han mostrado. En lo personal: lo mejor de X-Men ya se vio en las dos primeras cintas, al menos como propuesta cinematográfica y en su aporte al género de superhéroes. En su momento, X-Men: First Class fue una inteligente forma de ampliar las opciones de la franquicia, pero tan sobria que olvidó recrear la espectacularidad de los comics. Y eso también le sucede a X-Men: Days of future past.

Los X-Men merecen una propuesta visual tal vez más cercana a la potencia gráfica de Zack Snyder (300, Watchmen, Sucker Punch, Man of Steel); al menos en la acción. Vamos, los X-Men son tipos que pueden destruir medio mundo y acaso un mundo entero. Para complots, conspiraciones y mensajes moralistas, basta con el Capitán América.

¿Veremos alguna vez a los X-Men en todo su esplendor y poder?









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