viernes, 14 de febrero de 2014

Cuando el melodrama funciona

Comedia con toques de melodrama que refresca la cartelera.
En líneas generales, “No se aceptan devoluciones” (Instructions not included, 2013) dirigida y protagonizada por Eugenio Derbez (La familia P. Luche, La misma Luna) es una cinta que funciona por su sencillez y el carisma de los dos protagonistas centrales.
La historia gira en torno a Valentín (Eugenio Derbez), un tipo sin mayores preocupaciones hasta que un día se descubre padre de una niña. Sin aviso previo, una antigua pareja, Julie (Jessica Lindsey), aparece para entregarle a Maggie (Loreto Peralta). En su deseo por devolver a la niña, Valentín cruza la frontera rumbo a Estados Unidos y con ello descubre una nueva vida al lado de su pequeña hija.

Derbez dirige y protagoniza esta cinta.
El relato, en tono de comedia, reúne una serie de pequeños sucesos (algunos más graciosos que otros), y guiños a la cultura popular, aunque el final apela a los clásicos artificios del melodrama. El ritmo, en buena parte ágil y sin complejidades, permite que asimilemos el rápido paso de un disipado Valentín a la figura del padre incondicional. Si bien la cinta no deja de usar, a su estilo, recursos y giros argumentales ya conocidos, tiene elementos a favor que la distancian de las comedias norteamericanas que llegan a nuestras salas. 

Daniel Raymont y Derbez se complementan con acierto.
El primero es que acompañamos a Valentín en su nueva vida en Norteamérica y eso basta para que Maggie se convierta en la traductora y guía que lo llevará de la mano. Lo segundo es la gracia natural de Loreto Peralta y la química que logra con Derbez, lo que es en gran parte el sostén de la cinta. Pero, al igual que el personaje de Valentín (que es al fin de cuentas un buen tipo), estos elementos (el contraste entre dos culturas y las barreras del idioma), cumplen solo una función anecdótica para dar paso a situaciones cómicas.

Punto a favor: la gracia y naturalidad de Loreto Peralta.
Derbez se da tiempo para recrear el afecto entre el padre y la niña, lo que genera la identificación del espectador con ambos. Y es allí donde el toque melodramático es a la vez el fuerte y la debilidad de la cinta. El clímax de la disputa por la niña se torna algo excesivo a nuestro gusto, pero logra conmover y nos recuerda el estilo de las películas mexicanas de antaño.

Uno de los elementos más atractivos lo integran las historias que Valentín inventa para explicar a Maggie la ausencia de su madre. Allí, Derbez da rienda suelta a su creatividad y la comedia se acerca a una fantasía lúdica. Y aunque también este recurso está contenido por la sencillez del guion, basta para darle un toque original.

La química entre Derbez y Peralta es esencial en esta cinta.
“No se aceptan devoluciones” es en buena cuenta una comedia ligera y sencilla que incluso logra emocionar en el mejor sentido del melodrama. En su conjunto es el reflejo del ánimo sincero, bonachón y sin malicia que Derbez le imprime a su personaje. 
Y con eso le basta para superar las tantas comedias norteamericanas que repiten fórmulas incluso similares pero sin alma ni sentimiento. 

 

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