miércoles, 12 de junio de 2013

The Hangover Parte III: una resaca para el olvido

The Hangover, la original, no merecía secuelas tan malas.
The Hangover (2009) fue una comedia sencilla basada en los enredos en que se metían los tres personajes centrales: Phil (Bradley Cooper), Stu (Ed Helms) y Alan (Zach Galifianakis) en busca del cuarto integrante del grupo: Doug (Justin Bartha). La cinta apelaba a la complicidad del espectador: una juerga en Las Vegas que nunca se ve pero que se asume tremenda por todo lo que se va descubriendo. No tenía grandes escenas ni giros inesperados, ni su humor era hilarante de principio a fin. Estaba formada por pequeños sucesos, algunos más graciosos que otros, pero que funcionaban sobre todo por el estado al borde del colapso en que era puestos Phil, Stu y Alan. La escena final apelaba a la camaradería y a la amistad del grupo, con las imágenes de la famosa fiesta, lo que le dejaba un grato sabor al espectador. Y eso era todo.

La II: misma historia, más presupuesto y más extrema.
The Hangover II (2011) fue innecesaria. La trama era la misma, solo que en un lugar más exótico (Tailandia) y con situaciones más extremas. Es claro que al director Todd Phillips (Road Trip, Old School, Starsky & Hutch) no le interesaba contar una historia nueva, sino repetir la fórmula. Fue tan pobre en ideas que al buen Doug lo volvieron a desaparecer. Apenas un par de escenas graciosas, el mismo estado exaltado del trío, una mayor presencia del mafioso Mr. Chow (Ken Jeong) y una secuencia final exagerada y efectista para dejar la sensación de una diversión que jamás existió.

Pura imagen. La tercera parte apenas tiene algo de gracia.
¿Y The Hangover III? Al igual que la segunda no tiene razón de ser, o en todo caso merecía ir directo al formato de video. Todd Phillips aprovecha los cien millones de dólares de presupuesto (la original costó 35 y la segunda 80 millones) para llenarnos los ojos con una que otra escena llamativa. 
El resto es otra historia absurda: nuevamente Doug queda fuera, mientras que Mr. Chow es más protagonista que nunca y se convierte en la excusa para meter en líos a Phil, Stu y Alan. La sensación de camaradas sigue allí, pero sin mayor emoción. Phil se hace cargo de los momentos de acción y Stu se exalta pero sin llegar a la histeria que eran tan divertida. Lo peor es que Alan deja de ser el friki simpático para convertirse en un personaje por momentos insoportable.

Un trío que cayó simpático y que merecía mejor suerte.
Luego de un inicio efectista, la trama se vuelve lenta y tiene apenas algunos chispazos graciosos (buena parte de ellos se ven en el tráiler). No sabemos si Todd Phillips quiso hacer una comedia de situaciones, o una con escenas de acción o una de humor extravagante con los arranques y las actitudes de Alan. 
Un nuevo personaje, Cassie (Melissa McCarthy) –la versión femenina de Alan–, toma relevancia en la última escena (la cual regresa a la idea de la primera cinta). Y nos hace pensar que si bien esta tercera parte se anuncia como el final de la saga, podría haber una cuarta, aunque no necesariamente con el grupo original.   

The Hangover (2009) no era la versión del día siguiente de Despedida de soltero (Bachelor Party, 1984) ni Alan se acercaba a los hilarantes personajes de Bill Murray (como el Tripper de Meatballs), pero pudo quedar en el recuerdo como una cinta simpática y no estirada hasta una tercera entrega que en definitiva es, a nuestro humilde gusto, simplemente mala.


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