The Hangover, la original, no merecía secuelas tan malas. |
The Hangover (2009) fue una comedia
sencilla basada en los enredos en que se metían los tres personajes centrales: Phil
(Bradley Cooper), Stu (Ed Helms) y Alan (Zach Galifianakis) en busca del
cuarto integrante del grupo: Doug (Justin Bartha). La cinta apelaba a la complicidad del espectador: una juerga en Las Vegas que nunca se ve pero que se asume tremenda por todo lo que se va
descubriendo. No tenía grandes escenas ni giros inesperados, ni su humor era
hilarante de principio a fin. Estaba formada por pequeños sucesos, algunos más
graciosos que otros, pero que funcionaban sobre todo por el estado al borde del
colapso en que era puestos Phil, Stu y Alan. La escena final apelaba a la camaradería y a la
amistad del grupo, con las imágenes de la famosa fiesta, lo que le
dejaba un grato sabor al espectador. Y eso era todo.
La II: misma historia, más presupuesto y más extrema. |
The Hangover II (2011) fue innecesaria. La trama era la misma, solo que en un lugar más exótico (Tailandia)
y con situaciones más extremas. Es claro que al director Todd Phillips (Road Trip, Old School, Starsky & Hutch) no le
interesaba contar una historia nueva, sino repetir la fórmula. Fue tan pobre en
ideas que al buen Doug lo volvieron a desaparecer. Apenas un par de escenas
graciosas, el mismo estado exaltado del trío, una mayor presencia del mafioso Mr.
Chow (Ken Jeong) y una secuencia final exagerada y efectista para dejar la sensación de
una diversión que jamás existió.
Pura imagen. La tercera parte apenas tiene algo de gracia. |
¿Y The Hangover III? Al igual que la segunda no tiene razón de ser, o en todo caso merecía ir directo al formato de video. Todd Phillips aprovecha los
cien millones de dólares de presupuesto (la original costó 35 y la segunda 80
millones) para llenarnos los ojos con una que otra escena llamativa.
El resto
es otra historia absurda: nuevamente Doug queda fuera, mientras que Mr. Chow es más protagonista que nunca y
se convierte en la excusa para meter en líos a Phil, Stu y Alan. La sensación
de camaradas sigue allí, pero sin mayor emoción. Phil se hace cargo de los
momentos de acción y Stu se exalta pero sin llegar a la histeria que eran tan
divertida. Lo peor es que Alan deja de ser el friki simpático para convertirse en
un personaje por momentos insoportable.
Un trío que cayó simpático y que merecía mejor suerte. |
Luego de un
inicio efectista, la trama se vuelve lenta y tiene apenas algunos chispazos graciosos (buena parte de ellos se ven en el tráiler).
No sabemos si Todd Phillips quiso
hacer una comedia de situaciones, o una con escenas de acción o una de humor extravagante
con los arranques y las actitudes de Alan.
Un nuevo personaje, Cassie (Melissa
McCarthy) –la versión femenina de Alan–, toma relevancia en la última
escena (la cual regresa a la idea de la primera cinta). Y nos hace pensar que
si bien esta tercera parte se anuncia como el final de la saga, podría haber
una cuarta, aunque no necesariamente con el grupo original.
The Hangover
(2009) no era la versión del día siguiente de Despedida de soltero (Bachelor Party, 1984) ni Alan se acercaba a
los hilarantes personajes de Bill Murray (como el Tripper de Meatballs), pero pudo
quedar en el recuerdo como una cinta simpática y no estirada hasta una tercera
entrega que en definitiva es, a nuestro humilde gusto, simplemente mala.
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