martes, 10 de febrero de 2015

¿Qué pasó con Spider-Man?

Cuando se anunció el reinicio de la saga cinematográfica de Spider-Man, luego del fracaso de Spider-Man 3 y la partida de San Raimi como director, muchos opinaron que era demasiado pronto para un reinicio y que este no tendría éxito.

Pero la Sony no iba a dejar ir una de sus franquicias más rentables y por ello decidió continuar con este reinicio dejando la dirección en manos de Marc Webb (500 Days of Summer, 2009) y contando con Andrew Gardfield en el papel de Peter Parker y Emma Stone como Gwen Stacy.

La primera entrega, The Amazing Spider-Man (2012), tuvo buena acogida y planteó un bastante interesante misterio sobre los padres de Peter y su relación con la corporación Oscorp, propiedad del magnate Norman Osborn (que convenientemente no se muestra en esta película). El villlano, The Lizard (El Lagarto) interpretado por Rhys Ifans, cumple con su papel y añade una pequeña cuota de drama a la cinta. Los misterios y relaciones planteados sin duda podrían dar para más en las posteriores entregas.

Y así llegó The Amazing Spider-Man 2 (2014), precedida de una gran campaña
publicitaria que incluía trailers, teaser trailers, escenas de unos cuantos segundos e innumerables posters, algo que llegó a hastiar . La expectativa se centraba en dos puntos centrales: la posible muerte de Gwen Stacy (alimentada por las imágenes de Emma Stone luciendo un vestido similar al que viste Gwen Stacy en el cómic en el que muere) y la forma como manejarían a los tres villanos promocionados: Electro, Green Goblin y Rhino, este último asunto era de gran preocupación para los aficionados pues en Spider-Man 3 de San Raimi, la utilización de tres villanos acabó por llevar abajo toda la franquicia que tan bien había sido construida en las dos películas anteriores.

Pero lamentablemente el resultado fue prácticamente el mismo que en el intento anterior. La película fue un éxito en taquilla pero un fracaso de critica, ni siquiera los aficionados fueron benévolos.

La película empezaba mal al haber prescindido de uno de sus papeles principales ya que Shailene Woodley fue dejada de lado en su papel de Mary Jane Watson.

Muchos críticos han señalado ya varias razones de este nuevo tropezón del trepamuros en el cine, en nuestro caso colocaremos las que consideramos las cinco principales:

  1. El protagonista de la película no es Spider-Man, tampoco Peter Parker, ni siquiera es un personaje, el gran protagonista es la relación entre Peter y Gwen. La película está llena de muestras de cariño, peleas, inseguridades y hasta despedidas entre estos dos personajes, dejando en segundo plano todo lo demás.
  2. El personaje de Gwen Stacy sencillamente se roba la película, incluso el mismo Spider-Man parece depender de ella lo que le resta fuerza.
  3. Dane DeHaan compone un buen Harry Osborn, pero su paso al lado oscuro se debe
    básicamente a una rabieta, nos hizo recordar la pésima escena donde Anakin Skywalker acepta pasar al lado oscuro en el Episodio 3 de Star Wars.
  4. Se utilizan muy mal a los tres antagonistas. Rhino es un simple relleno, Electro no tiene un fin específico y parece sólo querer llamar la atención, el Goblin nace de una rabieta de Harry Osborn. A esto le adicionamos que los alter ego de Rhino y Electro son básicamente caricaturas, ni Jamie Foxx ni Paul Giamatti cumplen un buen papel, no generan risas sino fastidio y hastío. Incluso Electro no parece ser el enemigo principal a pesar de que su nombre forma parte del titulo de la película.
  5. Los elementos planteados en la película anterior reciben un pésimo tratamiento. El misterio de los padres de Peter se muestra en una escena sin mayor dramatismo, mientras que el experimento en el que participó su padre es develado de la manera más simple y previsible posible y no aporta muy poco a la historia.
Existen otros temas que contribuyen de mala manera a la película como el abuso de referencias a los personajes del cómic o la presencia de Norman Osborn (el enemigo máximo de Spider-Man) en una sola escena.

Algo que sí fue muy bien tratado fue la muerta de Gwen Stacy, la que se muestra como consecuencia del enfrentamiento contra el Goblin y no como un accidente.

Como resultado de las malas criticas, Andrew Gardfield, terminó bastante molesto con la producción llegando a dar declaraciones en contra del guión y responsabilizando a éste de la mala acogida de la película. Se dice que incluso no asistió a una cita con los máximos directivos de la Sony en Japón, presentando una excusa tan solo una hora antes de dicha cita, con lo que los ejecutivos ya no habrían visto con buenos ojos su participación en las siguientes entregas de la franquicia (estaban programadas dos películas más).

Como si fuera poco, la Sony tuvo que replantearse todo lo que ya habría estado planeando con este universo cinematográfico arácnido, pues ya tenían previsto realizar una película de los Seis Siniestros, una con Venom como protagonista, las mencionadas dos secuelas de Spider-Man e incluso una película más con un protagonista femenino. Las fechas fueron movidas y la participación del elenco original puesto en duda.

En medio de todo esto, la Sony tuvo que afrontar el ataque a sus sistemas informáticos, que mostraron mediante e-mails las negociaciones con Marvel Studios para incluir a Spider-Man en el universo cinematográfico al que pertenecen los Vengadores.

Tal como lo demostró Spider-Man 3 anteriormente, The Amazing Spider-Man 2, no hizo más que confirmar que en películas de superhéroes no es buena idea abarcar demasiado y además, es claro que una mala película se puede traer abajo toda una franquicia, por más buenas que hayan sido las entregas anteriores.

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