Pacific Rim es una cinta para disfrutar en la gran pantalla. |
¿Y qué podemos decir de Titanes del Pacífico (Pacific Rim, 2013)? Pues que es una cinta entretenida, con muy buenas escenas de acción y en donde las batallas entre los robots y los monstruos invasores está entre lo mejor que hemos visto en lo que va de los últimos años. Del Toro nos regala secuencias de acción intensas que desbordan la pantalla y que pueden incluso quitar el aliento, pues está en su mundo: el enfrentamiento entre gigantescos monstruos y poderosos robots, en medio del trepidante mar o en una ciudad con claras referencias al anime.
Las batallas entre los robots y los gigantescos monstruos quitan el aliento. |
Pacific Rim es una cinta que merece ser vista en pantalla grande para disfrutarla al máximo. Los más pequeños saldrán alucinados, los jóvenes más que satisfechos y los adultos gozarán de una película que los tendrá entretenidos de principio a fin. Las escenas de acción son muy buenas y Del Toro sabe transmitir emoción en ellas al mejor estilo del anime: los robots por sus espectaculares batallas y los humanos que los comandan por sus reacciones dentro de ellos.
La acción se impone sobre personajes más bien básicos. |
Pero esto no es malo por sí mismo: las cintas de género replican siempre elementos ya conocidos. El hecho está en que Del Toro simplifica todo esto al máximo (algunos diálogos incluso tienen una obvia función explicativa para resumir el argumento), lo que puede dejar la sensación de una cinta visualmente espectacular, pero algo floja en los personajes e incluso predecible.
Lo repetimos: la acción y el entretenimiento están garantizados y de lejos es mucho mejor cinta que otras con elementos similares que hemos visto. Pero nos queda la sensación de una narración muy básica, incluso los personajes, debido en parte por la simplicidad de la historia. Más aún cuando no se tiene actores de peso que den solidez a los personajes. Por eso cuando aparece Ron Perlman (Hellboy) interpretando al contrabandista Hannibal Chau, un personaje secundario, la platea lo celebra al reconocerlo. Y es que destaca de inmediato por su graciosa y desenfadada caracterización (hay una escena luego de los créditos finales que tienen que ver).
Es una
lástima, por ejemplo, que la dupla que interpretan Max Martini y Robert Kazinsky (Herc y Chuck Hansen) no transmitan la
empatía que sí genera Ron Perlman. Lo mismo sucede con el héroe Raleigh Becket (Charlie
Hunnam) y otros caracteres. Es una
apreciación personal: hay personajes como los
tripulantes del robot japonés o los del robot ruso, que a pesar de salir apenas
lo justo, es una lástima que no tengan mayor
presencia. Es cierto:
aquí lo central son los robots y el enfrentamiento con los terribles monstruos,
y tal vez por ello la elección de un reparto sin grandes estrellas y una historia sin mayores complejidades.
Reconocemos
que teníamos nuestras dudas antes de ver la película, pero la disfrutamos incluso a pesar de los reparos que hemos señalado. Quienes
anhelan la versión con actores de Robotech, tienen en Del Toro una buena opción para dirigirla. Mientras tanto, podemos disfrutar de Pacific Rim.
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